Época: Cristianismo
Inicio: Año 1
Fin: Año 2000




Comentario

Gran importancia de cara al futuro cristiano tuvo la aparición en la Edad Media cristiana, a partir del siglo XII, de representaciones litúrgicas que están en la base del renacimiento del teatro en Occidente. Los denominados "Misterios" o "Autos" surgieron con ocasión de los ciclos de Pascua y Navidad, desarrollando pronto multitud de temas, como la adoración de los pastores, el portal de Belén, los discípulos de Emaús, etc. Representados por clérigos en el interior de las iglesias y acompañados en ocasiones con paneles escritos en latín, estos argumentos se vieron pronto ampliados por otros de carácter teológico, denominados genéricamente "Juegos".
A partir del siglo XIII las representaciones pasaron a los pórticos de los templos y a los cementerios. El latín cedió su lugar a las lenguas vulgares y los clérigos fueron sustituidos por quienes habían recibido sólo órdenes menores e incluso por laicos. Con la secularización progresiva del teatro litúrgico surgieron también espectáculos bastante menos edificantes (larvae et theatrales ludi), aunque todavía ligados a la temática religiosa.

Según fue avanzando el siglo XIII la Iglesia demostró una creciente preocupación por estos espectáculos, condenándolos -aunque sin éxito- Inocencio III y Gregorio IX en sendas decretales. La condena se hizo también extensiva a todos aquellos clérigos que siguieran participando en los, cada vez más numerosos, espectáculos y fiestas profanas, como el "juego del rey y la reina", la "introductio maii" y la "introductio autummi", fiestas estas dos últimas de claro origen pagano.