Época: Paleolítico Superior
Inicio: Año 31000 A. C.
Fin: Año 25000 D.C.

Antecedente:
Transición al Paleolítico Superior



Comentario

Después del 31.000 se perfila un momento en el que el Auriñaciense aparece plenamente desarrollado y como un momento en que éste se presenta como una etapa virtualmente homogénea por toda Europa. Sus características industriales se centran en materiales líticos sobre grandes hojas, normalmente retocadas con un retoque escamoso denominado a veces retoque auriñaciense. Este presenta claras relaciones con el retoque Quina, siendo como él tendente a semiabrupto. Las hojas presentan, a veces, amplias muescas en sus bordes, siendo conocidas como hojas auriñacienses estranguladas. Junto a ellas aparecen lascas espesas que se transforman en raspadores carenados y en hocico. Un útil característico de los primeros momentos es la hojita Dufour. Éstas son pequeñas hojas con un fino retoque semiabrupto, y su presencia desde Sjuren en Crimea a Cueva Morín en Cantabria, pasando por Krems en Austria o el Riparo Tagliente en Italia, permiten plantear las relaciones a largas distancias durante el Auriñaciense. Su pequeño tamaño nos indica la necesidad de un uso engarzadas en un mástil, una de las primeras evidencias indirectas del uso de piezas enmangadas. Estas piezas aparecen unidas a una industria de hueso centrada en las azagayas.
El Auriñaciense se suele dividir en función de las formas y tipo de enmangue de las azagayas. Así, en el Auriñaciense Típico son características las azagayas y se sustituyen por azagayas losángicas o biapuntadas, sin preparación especial en la base. Desde el punto de vista de las formas de vida, durante este período se fijan los caracteres específicos del Paleolítico Superior.

La mayor parte de los yacimientos auriñacienses proviene de yacimientos en cueva, especialmente en la Europa occidental, con yacimientos como Cueva Morín, la Cueva del Pendo o la Cueva del Castillo en Cantabria; el Reclau Viver o La Arbreda en Gerona; La Ferrasie, Castanet o el Abri-Pataud en la Dordoña; y Vogelherd o Geisseklöosterle en el sur de Alemania. Junto a ellos, en Europa central y oriental se encuentra más normalmente al aire libre, lo que permite constatar la existencia de cabañas y estructuras complejas en lugares como Willendorf o Langmannersdorf en Austria; Milovçe o Tibava en Checoslovaquia o algunos de los yacimientos de Kostienki en Rusia.

En muchos de ellos se detecta la presencia de ocre, elemento que resulta habitual en las estructuras de habitación, y que puede resultar tanto de una coloración del propio suelo como de procesos de preparación y curtido de las pieles utilizadas en la cubrición de las estructuras. La presencia de fosas y hogares estructurados no es exclusiva de los yacimientos al aire libre. En Cueva Morín las excavaciones de J. González Echegaray y L. G. Freeman descubrieron los restos de una estructura rectangular separada de un área dé enterramientos por varios agujeros de postes. La presencia de enterramientos comienza a ser habitual, destacando el propio del Abri de Cro-Magnon atribuido a este período. En la misma Cueva Morín aparecieron varias fosas, en las que se descubrieron varios cuerpos conservados como moldes en proceso de fosilización. En estos yacimientos, los restos de fauna permiten hablar de una caza organizada hacia diferentes especies, según las regiones. Mientras que en la Europa occidental destacan el ciervo y el reno, en la Europa central y oriental serán el caballo y los grandes bóvidos los preferidos, junto a los mamuts y rinocerontes lanudos. Este modelo será el dominante a lo largo del Paleolítico Superior.

La especialización en la caza se detecta ya durante este momento. En el Abri-Pataud, los renos representan más del 80 por 100 de los restos, mientras que en la Cueva del Castillo el ciervo alcanza porcentajes semejantes. Los grupos auriñacienses son también los responsables del desarrollo de los elementos de adorno. Los dientes perforados, sobre todo caninos de zorro o ciervo, son los preferidos aunque también se encuentran en abundancia fósiles de moluscos o cuentas fabricadas en rocas blandas. Incluso se han encontrado en lugares como la Cueva del Pendo imitaciones en piedra de dientes como los caninos de ciervo, las primeras falsificaciones. Estos momentos son los primeros en que encontramos las primeras evidencias artísticas como las figurillas de Vogelherd o Geissenldosterle.