Época: Islam
Inicio: Año 610
Fin: Año 2003

Antecedente:
Los cinco Pilares del Islam



Comentario

El quinto y último Pilar de la religión musulmana es la obligación de peregrinar, al menos una vez en la vida, a la ciudad santa de La Meca: el hagg. Sin embargo, esta obligación tiene algunas restricciones, como son las de que el peregrino debe ser adulto, sano y poder permitirse económicamente realizar el viaje sin contraer deudas para él y su familia.
El objetivo de la peregrinación es alcanzar la mezquita de La Meca, en la que se encuentra la Kaaba, considerada el primer templo dedicado a Dios, del que, según la tradición, Abraham e Ismael habrían puesto los cimientos. La Kaaba, una estructura cúbica de piedra gris, guardó en su interior diversos idólos preislámicos hasta que fueron destruidos por Muhammad. En la actualidad, la cubre una gran tela negra que tiene bordados en oro la sahada y algunas aleyas del Corán. Esta funda es anualmente troceada y sus fragmentos vendidos a los peregrinos.

La Kaaba tiene en su ángulo oriental la conocida como Piedra Negra, una roca basáltica objeto de veneración.

La Meca y su entorno son considerados un lugar sagrado, cuyo acceso se prohíbe a los no creyentes. El peregrino (muhrim) debe realizar una ablución completa, ponerse como vestido dos piezas de tela blanca sin costuras y calzar sandalias. Hombres y mujeres deben llevar la cara descubierta: los primeros, afeitados; las segundas, con el pelo tapado. Las prescripciones se completan con todo un catálogo de prohibiciones: utilizar cosméticos; derramar sangre -lo que impide la lucha y la caza-; mantener relaciones sexuales, cortarse las uñas, etc.

El peregrinaje se produce durante el último mes del año islámico (dhu al-Hijja). La entrada en el recinto debe hacerse con el pie derecho y mirando a la Kaaba, al tiempo que el peregrino debe decir: "Heme aquí, Dios mío, heme aquí". Las mujeres deben ir acompañadas por su esposo o un familiar varón (mahram) con el que no pueda casarse.

La primera parte del rito es llamada umrah, consistiendo en dar siete vueltas a la Kaaba en el sentido contrario al de las agujas del reloj, besando o tocando al final de cada una de ellas la Piedra Negra. En total, son cerca de 1.400 metros, en cuyo recorrido los celebrantes simbolizan a los ángeles que giran en torno al trono divino. Después ha de realizarse el recorrido (say) entre las colinas de al-Safa y al-Marwah, con cuatro viajes de ida y tres de vuelta. El significado simbólico de este acto es la representación de las oscilaciones de la balanza durante el Juicio Final.

Esta umrah tiene un origen preislámico, realizándose tradicionalmente durante el mes de Ragab. Sin embargo, desde el siglo XIII se puede hacer durante todo el año, excepto cuando tiene lugar el hagg.

La segunda parte de la peregrinación es la peregrinación propiamente dicha o hagg, que también comprende diversos actos. El séptimo día del mes del mismo nombre se realiza una oración colectiva en la Kaaba. Al día siguiente los peregrinos se trasladan al valle de Mina, donde realizan la oración del mediodía, para, un día después, tras la oración del alba, encaminarse hacia el valle de Arafa. Allí, en la colina de la Misericordia, los fieles escuchan de pie una alocución en varias lenguas, recitando el Corán hasta el anochecer.

El siguiente paso es dirigirse a Muzdalifah para hacer noche, donde se escucha de pie una nueva alocución antes de marchar hacia Mina para permanecer durante los dos días siguientes.

El día 10, en Mina, cada peregrino sacrifica -actualmente lo hace un profesional- un animal, que bien puede ser un camello, un buey, una cabra o una oveja. Este acto ocurre en todo el orbe musulmán, siendo la mayor fiesta islámica.

En los dos días siguientes, también en Mina, siete piedras pequeñas previamente recogidas en Muzdalifah son lanzadas por tres veces contra unas estelas que representan al diablo.

El día 12 la peregrinación ha acabado, afeitándose los hombres el pelo y cortándose las mujeres un mechón. Usualmente la peregrinación puede continuar viajando hasta Medina para visitar la tumba de Muhammad, y hasta Jerusalén. Al finalizar, el peregrino o peregrina recibe el título honorífico de hagg o haggah, respectivamente.

Motivaciones religiosas aparte, la función última de la peregrinación es doble: por un lado, mover a los fieles a la piedad y el arrepentimiento; por otra, fomentar la unidad y comunión del mundo islámico, promoviendo la igualdad de fieles de muy diversas condiciones y procedencias.

La peregrinación a La Meca ha tenido un papel muy relevante en la historia del islam, pues ha servido como mecanismo de encuentro y transmisión de ideas y conocimiento. Los avances en los medios de transporte que se han producido en los últimos tiempos han permitido dejar atrás las dificultades que en el pasado entrañaba tal viaje, pero son la causa de nuevos problemas, derivados de la masificación. Problemas sanitarios -15.000 muertos en 1865 a causa de una epidemia- o de seguridad -200 muertos en 1997 por una explosión de butano- han provocado que actualmente la afluencia de personas esté limitada a 2,5 millones de viajeros por año, habiendo sido creado un Ministerio específico en Arabia Saudí.