Comentario
La situación del reinado anterior se mantuvo algunos años tras la muerte de Basilio II, en parte debido a la ausencia de grandes peligros exteriores. Jorge Maniakés fue el principal jefe militar de la época y obtuvo aún triunfos resonantes al conquistar Edesa en 1032 e intentar asaltos contra Sicilia a partir del año 1038 valiéndose de guerreros normandos que así aprendieron el camino de la isla. La amenaza de un nuevo pueblo turco de las estepas, los pechenegos, se contuvo con relativa facilidad en la línea del Danubio a pesar de sus ataques entre 1025 y 1048, y la totalidad de Armenia era anexionada en el 1042.
Pero la inestabilidad del poder imperial crecía y los fundamentos sociales de su fuerza militar y fiscal se habían deteriorado irremediablemente, aunque hasta el año 1056 se mantuvo la apariencia de gobierno de la aristocracia palatina de la capital, como en tiempos anteriores, y el esplendor cultural de la Corte, mientras ocupaban el trono los hijos de Basilio II: Constantino VIII (1025-1028) y después sus hermanas Zoe y Teodora (m. 1056), que incorporaron a la dinastía a los siguientes emperadores al casar con ellos: Romano III, Miguel IV, Miguel V y Constantino IX.