Comentario
No existe en el judaísmo una jerarquía como ocurre en el caso del cristianismo. El rabino es un laico más, cuya diferencia con respecto al resto de los fieles es su conocimiento de la Torá y la religión. Dentro de la sinagoga participa como en el culto como un fiel más.
La liturgia puede ser dirigida por cualquier judío adulto. Es habitual que la comunidad nombre un recitador oficial (hazzan) para las plegarias de los sábados y festivos. El hazzan puede estar asistido por un coro de voces de hombre.
Existe también la figura del lector de la Torá, un especialista capaz de leer el texto consonántico sin ayuda de los signos vocálicos y conocedor de las cantilaciones especiales de la recitación. Finalmente es normal que haya una especie de sacristán o sammas, personaje a sueldo que se encarga de mantener en perfecto estado y disposición los objetos litúrgicos. En las sinagogas americanas existen otros cargos como presidente, secretario, tesorero, etc., encargados de solventar los problemas materiales tanto de la sinagoga como de la comunidad.