Época: Japón
Inicio: Año 1000
Fin: Año 1900

Antecedente:
La estética y el arte



Comentario

Las primeras referencias hacia los jardines japoneses arrancan en el siglo III, cuando el Emperador Wu llevó a cabo la unificación del país y decidió crear un edén para su inmortalidad. Éste debía albergar en su interior las brumas del norte, la claridad de los valles del sur y las montañas centrales del país. Al no poder reconstruir éstas últimas, decidió recrearlas en la fantasía, construyendo el jardín-lago-isla. En el jardín de Wu las rocas sustituyen a las montañas, los arroyos a los ríos, los bonsáis a los grandes árboles y los lagos al mar. Japón supo recoger la exquisitez de los jardines chinos y adaptarlos a la filosofía zen, mejorados todos ellos por un clima más benigno. Sin embargo, tanto en China como en Japón el arte del jardín responde a un profundo deseo de comunión con el universo, invitando a la armonía y la inmortalidad mediante la meditación. A pesar de esto, existen diferencias entres ambos países, ya que en China los jardines se prefieren amplios y con abundancia de elementos arquitectónicos, mientras en Japón lo son de jardines recogidos, que se puedan abarcar con la vista.