Época: Nuevas fronteras cri
Inicio: Año 1000
Fin: Año 1300

Antecedente:
Europa Báltica
Siguientes:
Dinamarca
Noruega
Suecia



Comentario

Los países escandinavos, en estos siglos de la plenitud medieval, irán evolucionando desde sus estructuras primitivas hasta constituirse en sociedades feudales, a semejanza de las occidentales, aunque conservando una serie de rasgos propios y específicos. Factores decisivos en la evolución de dichas estructuras fueron: la experiencia anterior de incursiones violentas hacia el exterior -que hizo estrechar paulatinamente los contactos con el oeste de Europa- la proximidad del Sacro Imperio Romano Germánico, la vinculación con otros países más evolucionados (caso de Inglaterra), pero sobre todo la conversión al cristianismo, que fue el mejor vehículo para canalizar su integración en el concierto de Occidente, aún cuando la existencia de reminiscencias paganas estuviera todavía presente en el siglo XII.
Efectivamente, los monarcas escandinavos, una vez abrazado el cristianismo, se mostraron deseosos de ser admitidos en la civilización de la nueva fe y pusieron gran empeño en lograr la conversión de todos sus súbditos. En torno al año 1000, los misioneros germanos ya habían cruzado Dinamarca y, poco después, penetrado en Noruega y Suecia. De estas "iglesias jóvenes" se responsabilizarían las grandes metrópolis alemanas de Bremen, Magdeburgo, Hamburgo, hasta la creación de las sedes episcopales nacionales de Lund (Dinamarca), Nidaros (Noruega), Uppsala (Suecia), que encuadrarían su propia vida eclesial en el contexto de la problemática religiosa romana. Si en el primer momento, para consolidar su posición, los reyes se apoyaron en la Iglesia, favoreciéndola con cuantiosas mercedes y privilegios, ésta, cuando esté bien asentada, se mostrará como un elemento bien organizado, dispuesto a hacer valer sus prerrogativas y disputar el poder a la realeza, alineándose para lograrlo a la nobleza feudal, a la que había ayudado a cristalizar. De manera que con el cristianismo, además de la fe, penetraron múltiples elementos occidentales. De ellos, podemos destacar concepciones monárquicas más avanzadas, corrientes de signo feudalizante y nuevas formas económicas que cambiaron su cerrado sistema.

Respecto a esta última cuestión, las dificultades climáticas condicionaron su escasa demografía, un poblamiento rural aislado y una dedicación preferente a actividades agropecuarias. Un panorama que se modificará algo en el siglo XIII, pues la prosperidad, al igual que en toda Europa, alcanzó también al mundo escandinavo. El aumento de población condujo a la roturación de nuevas tierras e incrementó la ganadería. Los mercaderes alemanes, que anteriormente habían penetrado en estos países, monopolizaron el creciente comercio minero y pesquero. A cambio de obtener esta sólida posición, la Hansa proporcionó un activo crecimiento de la vida urbana.

En cuanto a la organización social, el impacto de Occidente se dejó sentir en la feudalización. El principal elemento de esta evolución, como en todas partes, fue una combinación del ejercicio de las armas y la administración. Según L. Musset, "en los tres reinos, la monarquía de los siglos XI y XII constituye una curiosa forma de transición, muy diferente de la antigua sociedad en la que el rey no era más que un primus inter pares y de la monarquía feudal que triunfaría en el siglo XIII con la aparición de la caballería". En efecto, la introducción en 1134, por vez primera, de la caballería en Dinamarca, acentuó esta tendencia feudal, naciendo en este reino una nobleza de tipo militar, siempre preparada para la guerra, y exenta de tributación. Esta clase social se convirtió en el grupo dirigente, al que la monarquía recompensaba con cargos y tierras por los servicios de armas y de gobierno local. Desde Dinamarca, dicha organización se extendió hacia Noruega y Suecia, complicando de forma creciente las luchas dinásticas en sus respectivos países e impidiendo el reforzamiento y la normal evolución del poder real.

En esta sociedad militar, la obsesión por la guerra hizo que el arte literario alcanzara una original y curiosa perfección. Bajo el mecenazgo de monarcas, como Sverre de Noruega, surgieron poetas de escaldas y narradores épicos, especialmente en Islandia, que fueron gestando las famosas "sagas". El máximo exponente de este nuevo arte fue Snorri Sturlusson (1178-1241), autor del "Edda Nuevo", que contiene los viejos mitos y una colección de antiguos poemas islandeses. Obra única, está considerada la última manifestación de la literatura islándica que, como legado, pretende dejar un tratado de poética y toda una práctica centrada en la producción literaria. En Dinamarca, la principal figura de las letras fue el historiador Saxo Grammaticus, cuyos "Gesta Danorum" serán la fuente principal para inspirar la leyenda de Hamlet. Ambos autores, Snorri y Saxo, estuvieron imbuidos de los ideales de sus mecenas. Los principios de la unidad nacional, el fortalecimiento de la autoridad real y la resistencia al poder nobiliario, se plasmaran en sus obras, como reflejos socio-ideológicos de la época.