Época: Neolítico
Inicio: Año 8000 A. C.
Fin: Año 3900 D.C.

Antecedente:
Inicio comunidades mediterráneas



Comentario

El estudio del proceso de transformación en la zona de Europa suroriental, principalmente en la Grecia continental y en la isla de Creta, reviste una gran importancia por su situación geográfica, con su proximidad al Oriente Próximo y su rol determinante en la posible expansión de los avances del Neolítico hacia la Europa mediterránea y continental.
Tradicionalmente vinculado a la difusión oriental, el hallazgo de unos niveles de neolítico precerámico junto con dataciones arcaicas (finales del VII milenio) para estas manifestaciones, han sostenido un debate clásico de posiciones enfrentadas entre la hipótesis de un proceso de neolitización secundaria, con influencias venidas del Oriente Próximo (Miloscic), y los que, a partir de las manifestaciones arcaizantes provenientes de los asentamientos de Argissa o Franchti, reconocen un desarrollo autóctono desde el Mesolítico (Theocharis).

Las ocupaciones precedentes a los primeros signos de transformación se hallan en un número muy limitado de yacimientos mesolíticos (cuevas de Zaimis y Ulbrich, el yacimiento al aire libre de Sidari), el más importante de los cuales es, sin duda, la cueva de Franchti.

La secuencia cronoestratigráfica de esta cavidad sirve de marco de referencia para la evolución, desde una ocupación datable aproximadamente en el 18.000 a.C. hasta el momento de las transformaciones económicas del Neolítico. La evolución estaría marcada desde unas ocupaciones de tipo Mesolítico Antiguo (7500-7200 a.C.) con industrias próximas a las del Paleolítico Superior, con una producción sobre lascas no estandarizadas en un porcentaje de microlitos reducido y, a nivel de subsistencia, por la explotación de los recursos naturales del entorno de la cavidad (vegetales, moluscos, marinos, pesca pequeña, moluscos terrestres). En los niveles posteriores, definidos en un Mesolítico Reciente (6900-6700), aunque tecnológicamente las diferencias no sean notables con la continuidad en la talla orientada hacia la producción de lascas, los microlitos aumentan y aparecen, no obstante, variaciones significativas en la de un importante consumo de vegetales (lentejas) y sobre todo la explotación de la pesca, en particular atunes, que pegan a un 20-40 por 100 del número de restos óseos.

La presencia de obsidiana procedente de las islas de Melos constituye la prueba más antigua de una navegación en el Mediterráneo oriental. La secuencia termina con los niveles del Neolítico Antiguo, datables en el VI milenio, y a pesar de un descenso en la representación de las industrias líticas, éstas presentan un conjunto diferenciado en dos partes. El 70 por 100 de la industria presenta unas características idénticas a los niveles anteriores mientras que el 30 por 100 restante presenta unos rasgos (talla laminar, utillaje sobre soporte laminar), comparables a las características de los conjuntos líticos de otros yacimientos precerámicos como Sesklo o Argissa. En efecto, existe una serie de asentamientos como Achillion, Soufli, Gedizi, además de los ya citados anteriormente, que por debajo del Neolítico Antiguo cuentan con unas ocupaciones de tipo precerámico. Se trata de ocupaciones, en general, con poca documentación por falta de excavaciones en extensión, con vestigios de hábitats ligeros (hogares, agujeros de postes) con unos abundantes conjuntos líticos que, según los últimos estudios, se caracterizan por una gran importancia de la talla laminar en la producción del utillaje, una estandarización del mismo donde predominan los elementos de hoz y una gran utilización de materiales exógenos (sílex u obsidiana), con una importación de núcleos preformados o incluso de productos acabados. La producción de subsistencia, conocida esencialmente por la documentación de Achillion, se halla asegurada por una agricultura y ganadería con un predominio de variedades domésticas: trigo o cebada (Triticum monococcum, Triticum dicoccum y Hordeum vulgare), y en lo que respecta a la producción ganadera, con ovicápridos, buey, cerdo y perro.

Las orientaciones interpretativas actuales inciden en una visión más compleja del proceso de neolitización de la Grecia continental, con hipótesis que exponen un doble proceso de transformación, la llegada de poblaciones exógenas a la zona de Tesalia, mientras que en la Grecia septentrional existiría un proceso de aculturación del substrato local. La diferenciación ecológica de las zonas potenciaría la no competición entre una dualidad de poblaciones con sistemas económicos diferenciados, las nuevas poblaciones se instalan en los llanos aluviales o colinas sedentarias, zonas demasiado homogéneas para procurar a los grupos de cazadores-recolectores la variedad de recursos que les eran necesarias.

Solamente el asentamiento de Achillion muestra, actualmente, una evolución continuada a partir de los conjuntos anteriores hasta la cultura del Neolítico Antiguo, denominada también cultura de Proto-Sesklo. Las dataciones conocidas permiten situar el desarrollo de este horizonte entre el 5700 y el 4900 a.C. Este se desarrolla principalmente en la región de Tesalia, si bien se extiende hacia las regiones próximas, diferenciándose a partir de la cerámica pequeñas variedades regionales. Los poblados se instalan a menudo en las zonas de contacto de varios nichos ecológicos o en las terrazas de los ríos (Macedonia oriental). Las construcciones presentan normalmente una habitación de planta variable (cuadrada, rectangular o trapezoidal). Generalmente están construidas en adobe sobre fundaciones de piedra, que suele constituir la parte conservada en la mayoría de los asentamientos; destacan las variaciones observada en el asentamiento de Nea Nikomedia, con una técnica de construcción de encañado revestido con arcilla, ampliándose las unidades de habitación con dos o tres estancias. La disposición de las casas es dispersa, normalmente implantadas las unas a varios metros de las otras. En las unidades de habitación abandonadas se realizan las inhumaciones, por medio de fosas donde el cadáver es inhumado individualmente o colectivamente, con posición replegada y escaso ajuar.

Las formas económicas se caracterizan por una continuidad de las evidencias del Neolítico Precerámico, con una mayor documentación, pero resultando unas frecuencias similares. Las variedades de trigo halladas muestran la continuidad del cultivo de la escanda y la esprilla, tanto en el Peloponeso (Franchti) como en Tesalia (Sesklo, Souphli) o en Macedonia occidental (Nea Nikomedia). La novedad más significativa es la expansión de las variedades de trigo desnudo que antes se había localizado solamente en Knosos, la cebada aparece en sus variedades de 2 a 6 hileras, si bien la segunda tenderá a lo largo del periodo a suplantar a las demás. La avena y el mijo se documentan de manera esporádica mientras que las leguminosas (guisantes, lentejas) son más abundantes. Los frutos consumidos son variados: manzanas, moras, ciruelas, uvas, avellanas, almendras y pistachos; de hecho, la gama de productos vegetales explotados es la que se consumirá durante toda la época neolítica.

La explotación de las especies animales presenta, como en el periodo anterior, un predominio de las domésticas sobre las salvajes. Existe una ganadería predominante de cabra y oveja en Creta, Tesalia y Macedonia, el buey doméstico y el cerdo se hallan también bien representados. El perro sirve esporádicamente para la alimentación humana. La caza es variada, con los cérvidos y liebres como especies más buscadas, pero cazándose también buey salvaje, jabalí, castor, tortugas... Se trata, pues, de una ganadería con especies de tipo mediterráneo completada por una caza extremadamente ecléctica.

La cerámica constituye la novedad técnica más significativa. Se trata de producciones que muestran el uso de los medios técnicos básicos para su fabricación (modelado a mano, cocción con hornos al aire libre a unas temperaturas de 700-800 grados, utilización intencional de las técnicas de oxidación y reducción). Se componen de vasos de paredes finas, con formas simples hemisféricas, a veces con pie, que en un momento posterior evolucionan hacia las cerámicas pintadas o monocromas de tipo Proto-Sesklo propiamente dicho, que introducen la decoración pintada en colores rojizos con geométricos triángulos.

El Neolítico Medio se diferencia esencialmente del anterior por las producciones cerámicas, con abundantes variaciones regionales. En la zona del Peloponeso, con los asentamientos de Asea y Lerna aparecen las cerámicas de Urfirnis, en Tesalia, unas producciones en clara continuidad con sus precedentes y que recibirán el nombre de cultura de Sesklo; en Macedonia occidental la información proviene de los asentamientos de Sitagroi I-II y del de Dilkili-Tash. Las dataciones permiten situar este horizonte en una cronología entre 5000-3900 a.C.

Los asentamientos del Neolítico Medio se caracterizan por la continuidad de numerosos hábitats del periodo anterior incrementándose, no obstante, la ocupación, formando concentraciones relativamente densas, como, por ejemplo, en los llanos de Tesalia. Los poblados mantendrán una estructura dispersa si bien, en algunos yacimientos, empieza a aparecer una disposición ordenada de sus casas, con disposición paralela de sus construcciones, como en Jassatepe, o en verdaderas calles estrechas que forman un conjunto ortogonal en Otzaki. Por primera vez aparecen dispositivos de protección como murallas o fosos, en Dímini, que constituyen los precedentes de su desarrollo posterior en el Neolítico Reciente.

Las construcciones de las casas mantienen las características del periodo anterior: muros de adobe y fundaciones con bloques de piedra. Las novedades más significativas están en la consolidación de las construcciones de planta rectangular con dos o tres habitaciones, bien representadas en Sesklo o por los documentos de Otzaki, denominados convencionalmente mégara, es decir, casas con una o dos habitaciones con vestíbulo, donde se sitúa el acceso. Hay que mencionar la aparición de maquetas en arcilla cocida que reproducen las construcciones, proporcionando una información importante sobre el sistema de cubierta: tejados a doble vertiente, sostenidas en la mayor parte de casos por columnas interiores de madera. Económicamente se dan muy pocas variaciones, la más significativa de las cuales sería una ligera variación en la composición de los rebaños, disminuyendo el número de ovicápridos, aunque sigue siendo predominante en beneficio de bueyes y cerdos principalmente.