Época: Sumer y Akad
Inicio: Año 2900 A. C.
Fin: Año 2334 D.C.

Antecedente:
Periodo Sumerio y Acadio
Siguientes:
La arquitectura monumental
La escultura
El relieve
Los sellos cilíndricos
Metalistería y orfebrería
Los adornos con taracea

(C) Federico Lara Peinado



Comentario

En un momento que no se puede precisar -probablemente a comienzos del IV milenio- los sumerios irrumpieron en Mesopotamia encontrándose en ella con una avanzada civilización, a cuyo desarrollo material contribuyeron sin reservas de ninguna clase (épocas de Uruk y Jemdet Nasr). Muy pronto, el dinamismo civilizador de los recién llegados, llamados en las fuentes los "cabezas negras", se impuso sobre las gentes autóctonas de sustrato asiánico y semita. Se daba paso así a una estructura sociopolítica de ciudades-Estado, organizadas teocráticamente y controladas por una aristocracia de extracción religiosa, encabezada por el "en", y más tarde de origen civil, controlada por el "lugal", que se organizó en dinastías.
De entre ellas, recogidas en su mayoría en "listas reales", cabe destacar las que gobernaron en Kish, Uruk, Ur, Lagash, Awan, Khamazi, Adab, Mari y Umma, ciudades constantemente enfrentadas entre sí. Un reyezuelo de esta última, llamado Lugalzagesi (2342-2318), logró unificar bajo su cetro a todo el país, extendiendo su poderío, aunque efímero, por toda Mesopotamia.

El amplio período de tiempo que abre la historia de Sumer (2900-2334) recibe el nombre de Epoca dinástica arcaica, subdividida en tres fases, y también el de Epoca presargónica, porque precedió cronológicamente al gran Sargón, el fundador de la dinastía semita de Akkad.

La época del Dinástico Arcaico está abundantemente documentada gracias a las excavaciones que han proporcionado inapreciable información escrita y numerosos restos materiales, muchos de ellos susceptibles de ser considerados de interés artístico, con la impronta de una notable personalidad que alcanzaría una gran proyección en el futuro.