Época: Paleolítico Superior
Inicio: Año 1 A. C.
Fin: Año 1 D.C.

Antecedente:
Historia de los descubrimientos

(C) Eduardo Ripoll



Comentario

En España, las opiniones de la ciencia que podríamos llamar oficial eran eco de las que se exponían en Francia: los naturalistas Ignacio Bolívar, Eugenio Lemus, F. Quiroga y R. Torres-Campos, el antropólogo Manuel Antón, el historiador santanderino Angel de los Ríos, e incluso J. Puig y Larraz, negaron la autenticidad de las pinturas de Altamira. En su ámbito local, Sautuola se veía sostenido por algunos de sus amigos, como Eduardo del Molino, Eduardo de la Pedraja, Augusto González Linares y otros. El principal valedor de Sautuola siguió siendo Vilanova y Piera, que, cuando hubo ocasión, habló sin éxito de la autenticidad del arte de Altamira, entre 1880 y 1893, año este último de su fallecimiento. Antes, el 2 de junio de 1888, había muerto Sautuola. Los dos grandes hombres desaparecieron sin ver reconocido y elevado a la categoría de monumento de la humanidad el objeto de sus afanes: las pinturas de Altamira.
En los últimos años del siglo XIX se pusieron las bases para la rectificación. En 1895, Lombard Dumas percibe una silueta de mamut en la cueva de Chabot, al propio tiempo que E. Riviére estudia los grabados y pinturas de la cueva de La Mouthe y señala el primer signo tectiforme (representación de tipo abstracto y significado desconocido; cf. el apartado de temática). En la misma línea, en 1896, François Daleau, aleccionado por los hallazgos de Riviére, encuentra los grabados zoomorfos de Pair-non-Pair que, en parte, ya había observado en 1883 y que estaban en contacto con los niveles arqueológicos. Al mismo tiempo, F. Regnault y R. Jammes descubrían las pinturas de Marsoulas (Pirineos). Pero todo esto no habría sido suficiente sin los trabajos de un joven sacerdote llamado Henri Breuil.