Época: Paleolítico Superior
Inicio: Año 38000 A. C.
Fin: Año 9000 D.C.

Antecedente:
Distribución geográfica

(C) Eduardo Ripoll



Comentario

En la región pirenaica se pueden considerar dos grupos mayores -el del Ariége y comarcas cercanas y el del País Vasco francés- y dos grupos menores -el de su zona oriental y el de Huesca, en España-.
La cueva de L'Aldène está en la parte meridional del departamento del Hérault, y la de Gazel en la septentrional del departamento del Aude. La primera, en el municipio de Cesseras, es una cueva complicada, con dos pisos, habiéndose encontrado en el interior numerosas huellas de animales y pisadas humanas. El estudio de las obras de arte fue llevado a cabo por L. Pales, D. Vialoy y M. Tassin de Saint-Pereuse (1972-1973). Su inventario incluye dos grandes felinos, un oso, un carnicero y numerosos signos y raspados. La cueva de Gazel (Sallèles-Cabardes) tiene algunos grabados, entre los que destaca un bello macho cabrío.

Completan el grupo oriental la Cova Bastera (Corneilla-de-Conflent), con una triple puntuación roja, y el conjunto de grabados rupestres al aire libre de Fornols-Haut (Campome), dado a conocer por D. Sacchi y sus colaboradores (1986). Se trata de finos grabados de temática abstracta y figurativa (cabezas y partes delanteras de ungulados), que cabe atribuir al Estilo IV.

Una de las grandes cavernas de la parte central de los Pirineos es la de Niaux, de suma importancia en el arte paleolítico en el que representa la culminación de los estilos magdalenienses. Se halla situada en el departamento del Ariège, en el pequeño valle del río Vicdessos, zona de numerosos yacimientos magdalenienses. Tiene más de dos kilómetros de amplias galerías, pero en realidad es sólo una parte de un enorme conjunto subterráneo de unos 14 kilómetros de longitud. La caverna propiamente dicha tiene muchas subdivisiones entre las que reviste singular importancia el "Salon noir". Los turistas, procedentes de la estación termal de Ussat-les-Bains, visitaron la cueva desde principios del siglo XVII como atestiguan numerosos nombres y fechas escritos sobre las paredes. En 1906 el comandante Mollard encontró las pinturas del "Salon noir", de las que hicieron un primer estudio Breuil y Cartailhac. En 1970, superado un lago que lo obturaba, se descubrió el "Reseau René Clastres", que fue analizado por J. Clottes y R. Simonnet, y las huellas de pies humanos -más de 500, de niños y de adultos-, por L. Pales. En los últimos años también ha estudiado la nueva cavidad D. Vialou. En este lugar hay las representaciones de un mustélido, un caballo, tres bisontes y diversos bastoncillos.

Por toda la cueva de Niaux hay signos de diversos tipos, acompañados de algunas figuras dispersas de bisontes y de caballos. En el "Salon noir" hay seis paneles principales en color negro, que incluyen treinta y nueve bisontes, diecinueve caballos, cinco cápridos, dos ciervos y numerosos signos, varios de ellos en forma de flecha sobre algunos animales. En Niaux no hay grabados parietales, con sólo dos o tres excepciones. Los sustituyen figuras sobre la arena concrecionada o sobre la arcilla, que representan peces, caballos, bisontes y signos. El conjunto se puede atribuir al Estilo IV antiguo, lo que apoya también la falta de representaciones del reno, o sea al Magdaleniense medio, hacia el 12000 a. C.

No lejos de Niaux se encuentra la cueva de Fontanet (Ornolac-Ussat-les-Bains), descubierta en 1972 por L. Wahl, preservada inmediatamente por J. Clottes, y luego estudiada por D. Vialou. Con el cierre inmediato se consiguió conocer una cavidad con arte tal como la habían dejado los magdalenienses (huellas de pasos, huesos de animales, las espinas de un salmón, hogares -uno fechado en 12.770 antes pres. ± 42-, utensilios, etc.). Los análisis polínicos demuestran que los cazadores-artistas frecuentaron la cueva entre el final de la primavera y el mes de agosto. Entre las representaciones abundan las líneas y puntos rojos y negros, bisontes (uno grande de color rojo, un grupo de diez, dos verticales, etc.), caballos, un antropomorfo, etc. Tan interesante conjunto pertenece al Magdaleniense IV (Estilo IV antiguo). Muy cerca está la cueva de Les Eglises (Ussat), con algunas figuras animales y diversos signos, incluido un tectiforme rojo.

A cuatro kilómetros de Tarascon-sur-Ariége se abre la cueva de Bédeilhac, en la aldea del mismo nombre. Sus obras de arte son conocidas desde principios de siglo. Como en Niaux, hay grabados en el suelo. La cavidad encierra un total de unas setenta figuras. Su atribución cronológica y estilística, de la que, entre otros, se ha ocupado D. Vialou, no entra en los esquemas actualmente en uso como ya señalaron P. J. Ucko y A. Rosenfeld, aunque hay que situarla en el Magdaleniense medio o final.

Le Portel (Loubens), en la misma región, es una caverna de varias galerías paralelas, que contiene una serie importante de obras de arte que fueron descubiertas por R. Jeannel en 1908. En su interior se han excavado varios sectores arqueológicos, en uno de los cuales se encontró un "contour découpé" -contorno recortado sobre hueso- de la cabeza de un caballo. Las imágenes son de tamaño medio, abundando las simples siluetas -en rojo o en negro-, las tintas planas, las siluetas punteadas, el modelado y la bicromía. Algunas de las pinturas están subrayadas por líneas grabadas. A. Beltrán, R. Robert y J. Vézian inventariaron un total de ochenta y nueve representaciones. Entre ellas hay que destacar algunos caballos con modelado interno y animación de las patas delanteras, una lechuza en contorno de color negro, bisontes, ciervos, un antropomorfo itifálico, un salmónido, etc. (D. Vialou eleva el total hasta ciento treinta y ocho figuras). El abate Breuil distinguió en Le Portel dos grandes conjuntos, uno auriñaco-perigordiense y otro magdaleniense. Paralelamente, Leroi-Gourhan distinguió dos santuarios, el más antiguo en los confines del Estilo Il y del Estilo III, y el más reciente de los Estilos III y IV antiguo.

En el mismo macizo del Planturel, en que se encuentra Le Portel, se abre la conocida cueva de Mas-d'Azil, en el pueblo del mismo nombre. Como es sabido dio nombre al Aziliense. La cavidad fue abierta en tiempos remotos por el río Arize que pasa por su interior, al igual que la carretera comarcal, en un túnel de 420 metros de longitud. Tres de sus galerías secundarias presentan grabados y pinturas que han sido estudiadas por D. Vialou. Una cueva emparentada con la de Mas-d'Azil es la del Ker de Masat, estudiada parcial y sucesivamente por R. Gailli, J. Clottes, Cl. Barriére y D. Vialou.

También en el Ariège, a 14 kilómetros de Mas-d'Azil, en el complejo subterráneo del río Volp, se hallan las tres grandes cavernas del Tuc d'Audoubert, Trois-Fréres y Enlène (Montesquieu-Avantés).

Ya hemos señalado algunas circunstancias de la historia del descubrimiento de estas cuevas. Recordemos que, en 1912, los hijos del conde H. Bégouën, Max, Jacques y Louis, con su padre, descubrieron el Tuc d'Audoubert. Se trata de una larga galería en zigzag que se desarrolla sobre unos 500 m hasta llegar a la "Salle des Bisons", llamada así por los conocidos bisontes modelados en arcilla que se hallan en el centro de la misma. Fueron realizados a partir de placas de arcilla apoyadas sobre piedras. De dimensiones casi idénticas (61 y 63 centímetros de longitud), son diferentes entre sí. El primero es una hembra, con su sexo evidente. Le sigue un macho, calificado así por su aspecto macizo, pues no presenta sexo. Los volúmenes de los animales están admirablemente conseguidos y los detalles, como los pelos de la barba o de las crines, están representados por incisiones paralelas. A los dos bisontes les acompañaba otra figura de este animal, más pequeña y grosera en su realización (ahora en el museo de Saint-Germain-en-Laye). Además, las galerías de la caverna contienen muchos grabados: 15 bisontes, 6 caballos, 1 felino, 1 reno, signos claviformes y otros.

Trois-Fréres es una caverna de una gran complicación topográfica, al menos con tres niveles de galerías. Entre los años 1920 y 1938, el abate Breuil realizó pacientemente los calcos. En los últimos años, los trabajos de R. Bégouén y J. Clottes han demostrado la relación entre las cuevas de Trois-Fréres y Enlène La segunda está siendo reexcavada y ha dado lugar al hallazgo de centenares de plaquetas grabadas que se han sumado a las que ya se conocían desde principios de siglo.

Leroi-Gourhan dio particular importancia a la existencia de diversas antiguas entradas. Estableció diez grupos de figuras, dándoles las letras D a M. El grupo D es el santuario en el que dicho autor renunció a leer los gribouillis que con tanta paciencia copió anteriormente el abate Breuil. Ya hemos indicado que aquel lugar lo preside la imagen del "sorcier" o mago. El grupo E es el de los felinos, seguramente una zona de transición entre los conjuntos grabados. F es la galería del hemión; H es la de las lechuzas. La presencia de un único mamut recuerda los casos del Castillo y del Pindal. El total de figuras rebasa los tres centenares.

Breuil consideró que todo el conjunto del santuario era del Perigordiense, pero esto difícilmente se puede sostener al comparar las figuras de bisontes que en otros lugares del conjunto del Volp él mismo atribuye al Magdaleniense. En efecto, la mayor parte del repertorio iconográfico de las dos cuevas del Volp con arte parietal es atribuido por el abate al Magadaleniense IV antiguo en curso de evolución. Los artistas autores de estas decoraciones eran las gentes que vivían en el vestíbulo de la cueva de EnIène, la publicación de cuyas plaquetas, por J. Clottes, R. Béguoën y colaboradores, contribuirá con su iconología al mejor conocimiento del arte magdaleniense.

Más hacia el oeste, en el departamento del Alto Garona, se hallan las cuevas de Marsoulas y de Ganties-Montespan. La primera, en el término del mismo nombre, contiene casi doscientas representaciones parietales, pintadas o grabadas, entre ellas 33 bisontes, 33 équidos, una decena de rumiantes, 17 antropomorfos, varios indeterminados y 26 signos diversos (inventario de A. Plénier). La figura más notable es el bisonte realizado a base de puntos tanto en su contorno como en su interior. También son dignos de resaltarse los antropomorfos vistos de frente. La fecha y el estilo han sido discutidos, aunque estas obras de arte deben ubicarse en el Magdaleniense antiguo y medio. La singularidad de esta cueva ha sido subrayada por D. Vialou.

La caverna de Ganties-Montespan, en la comuna del mismo nombre, constituye el recorrido subterráneo de un riachuelo. Por uno de sus sifones entró en ella N. Casteret en 1923, descubriendo la llamada estatua más antigua del mundo y gran número de grabados. Carol Rivenq está estudiando el contenido artístico de la cueva: noventa y cuatro grabados, de ellos setenta y seis en la galería del oso, ocho modelados reconocibles en la misma galería, sin contar los destruidos, y un friso sobre arcilla denominado escena de caza. Las obras de Ganties-Montespan pertenecen al Magdaleniense medio (Estilo IV antiguo).

La cueva de Gargas (Aventignan) está en el departamento de los Altos Pirineos. La componen dos sectores a niveles diferentes: la cueva inferior (140 metros dé longitud y 25 de anchura) y la cueva superior, estrecha y tortuosa.

Se trata de una cavidad conocida desde finales del siglo XIX. Su arte fue estudiado por Cartailhac y Breuil en los años 1907 y 1908. Muchos años después, Ali Sahly publicó su tesis "Les mains mutilés dans I'art préhistorique" (Túnez, 1969) y otros trabajos (Toulouse, 1976). En ella da las siguientes cifras: 250 manos, gran número de "macaroni" y 148 ó 150 animales grabados, además de 5 ó 6 pinturas, 4 de ellas en la cueva superior. Su inventario difiere del de Leroi-Gourhan que hace un recuento de ciento cinco o ciento diez figuras y ciento cincuenta manos. Las diversas excavaciones pusieron de manifiesto niveles correspondientes al Paleolítico superior: Chatelperroniense, Auriñaciense, Gravetiense reciente y final. Breuil atribuyó el conjunto artístico a los comienzos de su secuencia auriñaco-perigordiense, incluidas las manos, a causa de los "macaroni" y del estilo tosco de los grabados. Naturalmente hacía una excepción con las figuras de la cueva superior y algunos puntos, correspondientes a un Magdaleniense poco determinado. Apoyaba aquella atribución en algunas plaquetas encontradas en los niveles del Perigordiense con buriles de Noailles de las excavaciones realizadas por él mismo y por Cartailhac. Leroi-Gourhan, por su parte, aunque admite que la distribución espacial es bastante poco coherente, incluye el conjunto en su Estilo II, en el que sería el único ejemplo de una gran cueva decorada, pues otros santuarios de este mismo estilo son exteriores, como Laussel y Gorge d'Enfer, o son cuevas con menor número de figuras, como Pair-non-Pair, La Gréze, La Mouthe y Hornos de la Peña.

Forma parte de la misma red cárstica que la cueva de Gargas, la de Tibiran (Tibiran-Jaunac), que contiene una serie de manos negativas rojas y varias pinturas zoomorfas. En el mismo departamento de los Altos Pirineos están las cuevas de menor importancia de Bois de Cantet (Espèche) y Labastide, ésta con un buen número de grabados.

Corresponden a este núcleo de los Pirineos centrales, vertiente española, los hallazgos de La Fuente y El Forcón (río Vero, Huesca), en una zona de abundantes abrigos con pinturas levantinas y esquemáticas. La comarca está siendo estudiada por V. Baldellou y sus colaboradores. El Forcón es una cueva profunda con macaroni. El abrigo de La Fuente del Trucho tiene 18 metros de profundidad y presenta varios signos puntiformes, cinco representaciones de équidos y varias manos en negativo.

En el País Vasco francés han sido descubiertas las cuevas de Sasiziloaga (Aussurucq), bisontes afrontados; Sinhikole-ko-Karbia (Camou-Cihigue) y Etxeberri (Camou-Cihigue), équidos, bisontes, cápridos; formando un grupo homogéneo, y, más al este, la de Sainte Colome. Pero reviste mayor importancia el grupo del conjunto cárstico de Isturitz (Saint-Martin-d'Arberoue, Baja Navarra). Lo componen la cueva del mismo nombre, la de Oxocelhaya y la de Erberua. Esta constituye el nivel inferior del sistema y en ella todavía circulan las aguas del riachuelo que le da nombre.

En el centro de la segunda sala de Isturitz se encuentra el gran pilar rocoso que es el soporte de los bajorrelieves descubiertos por E. Passemard. En las excavaciones de éste y de R. de Saint-Périer se hallaron objetos de arte mueble (Museo de Antigüedades Nacionales de Saint-Germain-en-Laye). Los bajorrelieves comprenden un reno superpuesto a dos animales ácefalos, un macho cabrío, un oso probable y un indeterminado.

Desde la cueva de Isturitz se accede por un paso artificial a la de Oxocelhaya, que tiene 200 metros de desarrollo. En su zona terminal, G. Laplace descubrió pinturas y grabados, y lo mismo hizo en un divertículo de la misma J. D. Larribau.

La cueva de Erberua fue descubierta en 1973 por J. D. Larribau y Cl. Barroumes después de salvar el sifón de aguas abajo del río. Se trata de una cueva de topografía complicada y con grandes dificultades para su estudio que está realizando S. Prudhomme. Contiene un centenar de representaciones grabadas o pintadas entre las que citaremos: "macaroni", signos, 28 caballos, 2 antropomorfos, 5 cápridos, 6 bisontes, 5 uros, 6 cérvidos, 1 oso (dudoso), 1 felino, 1 pez, 3 manos negativas y una decena de indeterminados.

Al norte del País Vasco francés, en el departamento de Landes, se halla el yacimiento de Brassempouy, ilustrado por las excavaciones de E. Piette en los años 1895 y 1897. Los materiales ingresaron en su colección luego donada al Museo de Antigüedades Nacionales de Saint-Germain-en-Laye. De este lugar cabe recordar una conocida cabecita de mujer de complicado peinado y varias venus.