Época: Edad de Hierro
Inicio: Año 700 A. C.
Fin: Año 600 D.C.

Antecedente:
La primera época de Hallstatt

(C) Emma Sanchez Montañés



Comentario

Los enterramientos del Hallstatt antiguo encierran una riqueza considerable. Ahora bien, los ajuares no ofrecen diferencias notables. Sólo al término de la fase, algunas de las construcciones tumulares adquieren mayores proporciones que las demás, y ciertos ajuares son más suntuosos que otros. Por tanto, y de forma genérica, puede decirse que la sociedad de este momento estuvo constituida por grupos locales independientes, probablemente regidos por jefes o gobernantes de parecida autoridad. Tal estructura social estaba abocada, sin embargo, a una mayor diferenciación interna. Veamos, a continuación, cuáles son las principales obras de arte legadas por estas comunidades centroeuropeas durante el siglo VII a. C.
En ninguna época como en ésta la espada se erige en símbolo de poder y de mando. La espada, fortalecida con la hoja dura, larga y afilada de hierro inviste al dueño de la fuerza que emana del nuevo metal. Algunas de estas espadas fueron, además, exponentes de la riqueza personal del guerrero. En la tumba 573 de Hallstatt, la empuñadura en forma de sombrero de las espadas del tipo Mindelheim (originariamente de bronce) está decorada con incrustaciones denticuladas de oro y marfil y recubierta de una lámina de oro. Un enterramiento de Sternber (Gomadinge, Munsingen), en el sur de Alemania, contenía una espada parecida.

Ni esta espada ni el broche de cinturón decorado con figuras de pájaros faltaban en otra tumba muy rica de Hallstatt: el enterramiento número 507. Este contenía una vasija de bronce en forma de barril montada sobre un pedestal. Ambos iban adornados con motivos considerados simbólicos: el pájaro de pico curvo y la rueda hallstátticos. El ave asciende por las barras verticales que soportan al recipiente y acompaña a los discos en bajorrelieve que, dispuestos en franjas, cubren las paredes de la vasija bicónica. Aros enlazados penden de los bordes y del entramado del soporte. Los colgantes de anillas en cadena, o cadenas con placas pendulares, son propios de los adornos personales (en particular las fíbulas) de esta primera época hallstáttica. En el caso del recipiente mencionado de la tumba 507 de Hallstatt, es presumible que los sonidos que los colgantes anulares emitieran al mover dicho objeto fueran los acostumbrados en una ceremonia religiosa. Tal vasija, que no es única en el cementerio de Hallstatt, cumpliría una función ritual. Los motivos del pájaro y del disco van a tono con la religión solar, pero pudieron haber sido un préstamo de los bronces del norte de Italia, en particular, de la cultura, floreciente entonces, y predecesora de la etrusca, que lleva el nombre de la localidad de Villanova.

Idénticos motivos, pájaros y soles, se aplicaron por estampación en un barril de bronce, cilíndrico, que procedente de una tumba de Hallstatt (entre las abiertas en 1869 a instancias del autor de un libro de texto de Arqueología muy difundido en la época, "Pre-historic Times", Sir John Lubbock, Lord Avebury), guarda el Museo Británico, registrado como donación del propio Lord Avebury.

Tiene mérito técnico la fabricación de dos hachas ceremoniales de bronce halladas en la tumba de Hallstatt. Una de ellas (tumba 641) lleva la figurilla de un jinete que aparenta vestir pantalones, o una túnica corta, y lleva al cuello un torques. La segunda (tumba 697), sostiene en el enmangue un caballo, que parece de una raza de estepa. En ambos casos, las estatuillas fueron fundidas con sus soportes. En el ejemplar del jinete, la hoja del hacha está decorada, en los bordes y en el sector alto, con motivos de zig-zag y espigados (líneas de tremólo) ejecutados con un cincel especial. Es ésta una herramienta, presumiblemente de hierro carbonizado y atemperado, que sostenida en el ángulo de 45 grados se balancea y a la vez deja sus trazos en una línea continua. Esta decoración, con la que se representan también las bridas, tendrá amplia utilización a fines de la época del Hallstatt.

Desde el punto de vista estilístico, los rasgos de las bestias son tan someros y rústicos que se las puede colocar en el extremo opuesto al naturalismo clasicista. El infantilismo aparente de estas figurillas, o el esquematismo expresionista de bronces en miniatura, como el del animalito (que sabemos toro sólo por sus largos y encorvados cuernos) de la tumba número 507, ha llevado a definir este arte hallstáttico occidental como abstracto, geométrico y de plasmación conceptual. La época decididamente introdujo una plástica genuina, sin auténticos precedentes en el Bronce Final, y sin real equiparación con ningún otro arte no representativo. Se modela entre la expresión y la forma en un intento de imitar la realidad caricaturescamente.

El espíritu geométrico del Hallstatt occidental es particularmente notorio en la cerámica, una producción muy cuidada en el período en contraposición al abandono que sufrió en la época de las Urnas. Realizada a mano, la cerámica del Hallstatt produce vasijas que serían utilizadas en festines y banquetes. Platos lisos y hondos, recipientes para líquidos de formas bulbosas o bicónicas son los tipos más comunes. Las formas proceden de la tradición de los Campos de Urnas. La decoración se diversifica en múltiples estilos locales.

En el sur de Alemania es particularmente renombrada una clase de cerámica denominada de Alb Salem, que se caracteriza por la copiosa reunión en bandas de distintos motivos geométricos impresos, incisos o excisos. El resultado es una superficie cuajada de puntos y muy colorista. Al exterior, las vasijas Alb Salem se recubren de pasta blanca incrustada de grafito negro o de pintura roja. Una serie de platos representativos de este estilo es la de Sternberg (Gomadingen) con la que, a veces, se identifica. Entre los motivos geométricos elegidos, los fabricantes de esta clase de cerámica tuvieron predilección por los triángulos según las tres técnicas señaladas. El resultado es una decoración de líneas quebradas superpuestas y de efectos de relieve.

Sin perder la forma, ni la simplicidad de las Urnas del Bronce Final, las vasijas de Gundlingen, en Baden-Wurttemberg van a tono con el espíritu decorativista de la época, simple, geométrico, pero compacto. Ahora son los círculos los motivos favoritos y éstos se colocan en hileras o en cartelas. Los círculos se estampan repetitivamente, pero en posición lo bastante alterna y equilibrada para que el conjunto resulte original. Por lo general, la cerámica de las Urnas de época hallstáttica es de motivos lineales, pero, en algún ejemplo muy selecto, la racionalidad de la geometría se traduce en figuración.

El esquematismo de los diseños del Hallstatt occidental es elocuente en la representación figurativa de un vaso de fondo curvo, procedente de Fischbach (Burglengenfeld) en la que las figuras a pie y a caballo se colocan en hilera, como hechas de cerillas o de palillos.