Época: Edad de Hierro
Inicio: Año 700 A. C.
Fin: Año 600 D.C.

Antecedente:
Hallstatt: lugar de una época
Siguientes:
Las artes al oeste de Hallstatt
Las artes al este de Hallstatt

(C) Emma Sanchez Montañés



Comentario

La sociedad de la primera etapa de la Edad de Hierro en Europa central vive, obviamente, un proceso de adecuación a una economía cada vez menos dependiente de la producción de bronce. A los grupos sociales del período la nueva economía los va impulsando hacia una mejor productividad de los recursos naturales (agrícolas, o de mineral) con el consiguiente bienestar para muchos. Aquellos grupos que cifraban su prosperidad en el control del acceso a las rutas del cobre y del estaño se verán, naturalmente, obligados a modificar sus hábitos comerciales para asegurarse su supervivencia. Regiones como Escandinavia, vitalmente ligadas a la producción de bronce, se verán particularmente desfavorecidas con la nueva situación. Centroeuropa, en cambio, se beneficia de las nuevas circunstancias económicas reinantes, por tener cubierta la provisión de metal y disponer de materias primas de las que hay fuerte demanda en el sur de Europa: sal y mano de obra humana.
Como consecuencia de todo ello, la Centroeuropa de la Edad de Hierro terminará manteniendo lazos de relación comercial y social con la Europa mediterránea: con la culturas del norte de Italia, con Etruria, y con las colonias helénicas. Sus líderes se proveerán de bienes de prestigio sumamente valiosos. Pero no todo ocurre de la noche a la mañana. Mientras el final del proceso de transformación acaece, cosa que hay que asignar a la época de Hallstatt-D, la sociedad y la economía de la primera época de Hallstatt se prepara lentamente para ella.

Al principio, el hierro es un material de prestigio, con el que sólo se fabrican adornos o espadas de hoja larga y afilada: las llamadas espadas de Mindelheim, cuyo nombre proviene del yacimiento arqueológico de Baviera en el que fueron encontrados. En las regiones occidentales del Hallstatt los establecimientos se sitúan en el llano; en la zona oriental hallstáttica, en cambio, los poblados ocupan las alturas. La diferencia entre ambos sectores no es tan sensible en el ritual de enterramiento. La cremación va desapareciendo en favor de la inhumación. Hallstatt es precisamente la excepción. El cementerio está en un llano, y las tumbas más ricas de esta fase son de incineración.

En superficie, las necrópolis de Hallstatt forman grupos de túmulos, quizá reveladores de linajes, castas o entidades familiares. Los enterramientos se realizan en cámaras recubiertas de placas de madera. Los ajuares contienen espadas de hierro y de bronce, piezas de atalaje de caballo, en su mayoría de bronce, armas de ceremonia de bronce (cascos y corazas), y un carro o furgón. En la provincia oriental de Hallstatt los adornos personales de oro y de bronce dotan a las sepulturas de particular riqueza. En esta región, por otra parte, se dan, en lo arqueológico y en lo artístico, ciertas coincidencias con las culturas del norte de Italia, de las localidades de Este y Golasseca.