Época: Epoca Oscura
Inicio: Año 800 A. C.
Fin: Año 700 D.C.

Antecedente:
Tránsito a la civilización



Comentario

Las agrupaciones gentilicias y las relaciones de clientelas que se consolidan durante el período oscuro, en la misma dinámica organizativa en que se sustenta el renacimiento, hacen posible la organización tribal como modo de encuentro de la dinámica que lleva a la polis. Así, es difícil establecer la procedencia, una vez eliminada la concepción lineal que exige la creación de una institución detrás de la otra. En efecto, frente a una concepción excesivamente evolucionista, que concibe el proceso como una marcha ascendente hacia el Estado, desde genos y la phratría hacia la phylé y la polis para llegar al Estado territorial helenísticorromano, culminación de la historia antigua, algunos autores, sobre la tradición de Max Weber y de De Sanctis, a partir de nuevos argumentos de Bourriot y Roussel, han llegado al extremo opuesto para considerar que genos y tribu son sólo formas de organizarse la ciudad a través de la subdivisión funcional. En cualquier caso, gracias a tales argumentaciones se ha podido llegar a una actitud más flexible y capaz de observar en cada caso formas específicas de desarrollo. En cada caso, el genos ha adoptado un papel diferente, según la capacidad de control que han sido capaces de acumular determinadas familias para imponer su presencia en el tránsito hacia la organización estatal.
En ese proceso, las grandes familias dirigentes, al acumular el poder y el control sobre bienes materiales y sobre colectividades humanas, han podido igualmente controlar los hilos de la organización colectiva para hacer del propio genos el único reconocible. Sólo sus miembros necesitan imponer la genealogía para hacerse reconocer como eugeneis, herederos de un genos conocido, gnorismós. Al organizarse las comunidades en tribus, los gene pudieron convertirse en elementos clave para la integración y, de ese modo, el control de los medios de agrupación fue acaparándose por los miembros de aquellos. Cuando en el proceso formativo y en los movimientos migratorios las agrupaciones se consolidaron a través de acciones dirigentes de la ascendente clase dominante, la tribu se va haciendo campo de ejercicio de su mismo dominio. Sin embargo, las tribus como tales parecen estar presentes por lo menos desde las épocas previas a la distribución y a los asentamientos. Los dorios, por su parte, con sus tres tribus repetidas en las organizaciones de cada ciudad, y los jonios con las suyas, cuatro en este caso, parecen portadores de esa tradición desde el período postmicénico, cuando las comunidades sufren el proceso de dispersión desde previas organizaciones que han creado en ellos criterios de agrupamiento.

En lo que se refiere a las agrupaciones intermedias, trittyes, fratrías o heterías participan igualmente de una naturaleza dinámica, pues si bien en el primer caso la terminología refleja un contenido exclusivamente numérico y, por tanto, resultado de un acto voluntario, las otras dos reflejan aspectos del parentesco, restos de las organizaciones primitivas basadas en el mismo. La dinámica organizativa de la ciudad parece haberse servido, una vez más, de instituciones primitivas para adaptarlas a las formas de organización estatal en crecimiento que resultan así nuevas, pero también arraigadas en la tradición que reflejaría la naturaleza genética del grupo.