Comentario
En la Península Ibérica si bien se patentiza, como en Italia o en la Francia meridional, una pervivencia de las formas que se generan en tomo a 1200 hasta avanzado el siglo XIII, el cambio vendrá dado por la llegada y asentamiento de maestros del norte. En relación a estas formas de inercia se ha hablado de protogótico, pero es indudable lo inapropiado del término, por cuanto no anuncian ni avanzan hacia nada. El nuevo estilo se asienta plenamente pero lo hace no por evolución, sino por la superposición del bagaje que traen consigo los artífices a estas pervivencias locales. El colonialismo artístico que sirve para definir el fenómeno en arquitectura, puede hacerse extensible a la escultura.
El denominado Maestro de Avila, los segundos talleres de Silos, la Cámara Santa de la catedral de Oviedo, Carrión de los Condes, el Pórtico de la Gloria, son los distintos testimonios de esta escultura surgida de las manos de artífices dotados de un oficio excelente, en una etapa muy avanzada dentro del románico. Esta vía desaparece en fechas relativamente tempranas en Castilla-León, cuando lo hacen los maestros que la generaron, pero pervive hasta prácticamente 1250 y en algún caso incluso más allá de esta fecha en Cataluña. Ocurre, por ejemplo, con los talleres leridanos, con el tarraconense o con el de Gerona.
Del total de esta generación escultórica, indudablemente el Maestro Mateo es el representante más sobresaliente. Trabajó en Compostela y, como él mismo reconoce en la inscripción de los dinteles del Pórtico de la Gloria (1188), edificó esta zona desde sus fundamentos. La escultura que dispuso en este ámbito envuelve al espectador poniendo de relieve que el recurso a lo escenográfico fue una de las preocupaciones del artista.
El conjunto de las imágenes se distribuye por las jambas de las puertas y también por los pilares del pórtico, de modo que, si el espectador se sitúa en el centro, está totalmente rodeado de personajes enzarzados en animadas discusiones. Sin duda el término Sacra Conversazione es el que más conviene a estas complicidades que establecen entre sí los personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. El Pórtico, si bien en lo iconográfico patentiza contactos parciales con Saint-Denis, en su estructura supone una novedad con respecto a Francia. Es también novedoso desde el plano formal en el tratamiento de los pliegues y, desde otros, la voluntad de individualizar las cabezas, o la relación establecida entre los personajes.
Aunque la reducción de las tres naves usuales a la nave única resta belleza a la fachada del brazo sur del transepto de Burgos, la puerta que se abre allí, constituye el testimonio más antiguo de la escultura gótica en la Península.
La puerta del Sarmental, nombre por el que se la conoce, se fecha en torno a 1230-1240. La escultura se concentra en el tímpano, arquivoltas, mainel y jambas (esta última zona de factura más tardía). Responde a pautas estilísticas foráneas y son perceptibles diferencias entre unas zonas y otras que han llevado a considerar la presencia de tres maestros distintos en ella. Uno habría realizado el tímpano con la Maiestas y el Tetramorfos; un segundo un dintel, y otro más, las esculturas de las arquivoltas. Las conexiones con el arte francés inmediatamente anterior son indudables, hasta el punto que se ha llegado a hablar directamente del Maestro del Beau-Dieu de Amiens. No es así, pero el escultor de la Maiestas conoce muy bien las realizaciones de esta catedral francesa, lo mismo que el artífice del dintel está familiarizado con las portadas del transepto norte de la catedral de Reims.
El programa desarrollado en la Portada del Sarmental de la catedral de Burgos es Apocalíptico y puede parangonarse con el modelo que deriva de la Puerta Real de Chartres. La Maiestas rodeada por el Tetramorfos preside el tímpano. Los cuatro evangelistas acompañados por sus símbolos, aparecen sentados ante atriles, escribiendo, de acuerdo con una tradición que se puede rastrear en el arte bizantino y en el carolingio. En las arquivoltas se combinan los Ancianos con ángeles y serafines y el mainel lo preside la figura de un santo obispo, de acuerdo con una tradición que tiene sus precedentes en Francia, aunque en Burgos resulta difícil su identificación exacta.
La puerta de la Coronería abierta en el transepto norte es algo posterior (1230-1257). Se observan contactos con León, concretamente con la portada del Juicio, tema que preside también la burgalesa. La figura de Cristo, flanqueada por la Virgen y San Juan Evangelista como intercesores y las figuras de ángeles con los símbolos de la Pasión, ocupa el tímpano. En el dintel se desarrolla el Juicio con una psicostasis central a cuya izquierda y derecha se distribuyen los condenados y los bienaventurados, respectivamente. La continuación del programa se emplaza en las arquivoltas, con la Gloria y el castigo de los pecadores. En las jambas se distribuye un Apostolado de desigual calidad, y ocupa el mainel una escultura posterior que obedece a una reforma del siglo XVI.
La puerta que se abre al claustro data de las proximidades de 1295. El período que separa el Sarmental de los años finales del siglo XIII, ha permitido la gestación de una escultura de carácter local que va a tener, además, una amplia repercusión en el área castellana, en León, en el País Vasco..., hasta los primeros años del siglo XIV. La primera realización importante de la misma es la puerta que se abre al claustro de la catedral de Burgos y la escultura que se distribuye por éste y por su magnífica sala capitular.Uno de los centros donde la influencia burgalesa es más manifiesta es en Sasamón. La puerta del transepto sur de la iglesia copia directamente el Sarmental, y en lo estilístico, es fácil observar también la dependencia de sus maestros respecto a Burgos, aunque la disminución de la calidad es manifiesta.