Comentario
En un principio el término gótico se aplicó exclusivamente al campo arquitectónico y más adelante se hizo extensible al de las artes figurativas. Si para el primer ámbito artístico la denominación funcionó, para el segundo, que tiene una génesis propia y distinta a la de la arquitectura, este hecho ha supuesto un cierto "decalage" para obras que no responden ya a los presupuestos románicos pero que todavía no pueden ser consideradas fruto del nuevo estilo.Todos reconocemos, por ejemplo, que la catedral de Canterbury supone un hito en la primera fase de la arquitectura gótica inglesa. Por el contrario, el Salterio inglés-catalán custodiado en la Biblioteca Nacional de París (Ms. Lat. 8846) que se supone procedente de Canterbury, a pesar de ser más tardío que la fábrica de la catedral, y tras considerarse románico y gótico indistintamente, se cataloga ahora dentro del estilo 1200.Ciertamente, la definición de un estilo 1200 intentó resolver problemas, pero se ha circunscrito excesivamente a un área y quienes acuñaron el término no han llegado a pronunciarse sobre la manera de encajar dentro de él buena parte de la cultura figurativa que se desarrolla tardíamente en la Europa meridional: Toscana, Provenza, Languedoc, Castilla, Galicia, Cataluña...El carácter antiquizante de la producción de Nicolás de Verdún, de los miniaturistas que ejecutan el "Salterio Ingeóurge", gran parte de la miniatura inglesa de este período, singularmente la de las escuelas de Winchester y Canterbury, de la escultura de Senlís, o de los sepulcros de Fontevrault, tiene su parangón en el relieve de la Coronación de la Virgen, obra de los segundos talleres de Silos, en el Pórtico de la Gloria, en las grandes portadas provenzales o en el arte de Antelami.En ciertas zonas, mientras en otras las formas han evolucionado claramente hacia postulados góticos, como sucede con la Portada Real de Chartres, fechada hacia 1150, pervive una cierta ambigüedad hasta mediados del siglo XIII, que se traduce en la vigencia de unas formas antiquizantes de tradición románica, en manos de artífices en ocasiones muy dotados. Si este hecho puede registrarse en la Francia meridional, en Italia o en nuestra Península en el campo escultórico, hallamos también su paralelo en pintura y las realizaciones de un maestro Alexandre en el Rosellón, los frontales de Vallatarga o Aviá en Cataluña, o los frescos de Rocamadour en el sur de Francia, son buena prueba de ello.Aunque catalogar una obra de estilo 1200 supone reconocerle en particular caracteres antiquizantes o influencia bizantina, tanto formal como estilística, lo cierto es que muchas veces este margen temporal en el que se ha instalado el término es muy vago e impreciso. No obstante, ciertas obras se aceptan como paradigmáticas de este estilo y el magnífico Salterio Ingeburge es justamente una de ellas.