Comentario
Estamos ahora en la apoteosis del reinado de la madera, sólo comparable con la Corona de Castilla. Nuevamente hay que advertir que, aunque se prefiera ese material y se utilice procedente de muy diversos árboles, trabajando con ella todos los grandes escultores, no es la única posibilidad. En realidad es la gran época de toda la escultura germana prolongada casi cuarenta años en el siglo XVI, ya en pleno renacimiento.Quizás sea en el ámbito del Imperio, relacionado con la política de Carlos IV y en una etapa de autoafirmación artística, cuando encontremos en torno a 1400, en una clara manifestación escultórica del gótico internacional. Inmediatamente antes está la ciudad de Praga, transformada en una capital nueva por la voluntad del emperador. En ella trabaja Peter Parler, arquitecto y escultor, responsable supuesto de imágenes como la de San Wensceslao entre dos ángeles exclusivamente pintados, realizada hacia 1373 y formando parte de la nueva catedral. Estas mismas formas elegantes y cortesanas reaparecen en algunas obras de Colonia poco posteriores, como la ménsula femenina del Museo Schnütgen de Colonia, fechada hacia 1380 y 1390, y marcada con señales de la familia Parler.Sin embargo, el pleno internacional viene marcado por un gran conjunto de Vírgenes con el Niño, curvadas, que se inclina hacia adelante o hacia un lado sosteniendo al Niño en un equilibrio difícil. Casi todas son anónimas, pero detrás de ellas tiene que estar un buen escultor. Se les llama las "Schóne Madonnen", las Bellas Vírgenes. Entre 1390 y 1400 se fecha la Virgen de Krumlov (Bohemia), conservada en Viena, donde se patentizan todos estos caracteres, aquí reforzados por una relación de ternura muy humanizada entre María y su hijo. De Breslau procede otra Virgen menos quebradiza, de cabeza menuda, igualmente encantadora, sobre todo los rasgos de la cara. Es posible que la más bella hubiera sido la quizás perdida en la guerra del 39, procedente de Torún (Thorn) que se levantaba sobre una gran ménsula con un busto de robusto profeta contrastando con ella, y de fechas similares. Aunque la Virgen amable también se da en Francia en magníficos ejemplares, se trata de una visión de nueva creación y difundida por todo el territorio del Imperio.Desde 1300 había comenzado a difundirse por Alemania, haciéndose eco de textos falsamente atribuidos a san Buenaventura y otros escritores alemanes, un tipo iconográfico emotivo, destinado a tener éxito en todos los ámbitos cristianos: la meditación de la Virgen sobre el cuerpo muerto de su hijo, la Piedad. En torno a 1400, diversos escritores místicos germanos habían profundizado en este camino de reflexión, de modo que el tipo seguía siendo efectivo, pero había alcanzado una nueva dimensión, al entrar en ese paraíso artificial de las formas amables. Pese a la crispación del cuerpo de Cristo, la Piedad del monasterio de Seeon (Praga) (Museo de Munich), delicada y bien hecha expresa el cambio.Progresivamente se irá abandonando este camino, ahondando en el realismo. Algunas obras como los sepulcros se prestaban a ello. Así en la catedral de Maguncia existía ya una tradición de sepulcro obispal con yacente y en estos años se añaden varios más, donde se percibe este contacto con lo real. Los sepulcros de los obispos Juan II de Nassau, muerto en 1419, y de Conrado III (muerto en 1434), serían significativos. Se atribuyen a una familia de escultores, los Gerthener.Comienza luego la época de los grandes imagineros. Hans Multscher podía ser el primero. Es el principal artista de Suabia entre 1430 y 1460. Aunque principalmente escultor, también es un notable pintor. Su primera obra la hizo para Ulm, hacia 1427-1430, con figuras en el Ayuntamiento (hoy en el Museo). En el parteluz de la portada de los pies de la catedral se coloca en 1429 un Cristo Varón de Dolores, muy dinámico, de rasgos alargados, entre el realismo inmediato y la elegancia de antes. Pero, como todos los que vienen tras él, Multscher talla la madera y varias imágenes de la Virgen y santas se le han atribuido. En todas destaca la calidad de la policromía. Esto será un fenómeno definidor de la escultura en madera alemana y austriaca.En la segunda mitad del siglo, los escultores importantes trabajan en diversas zonas. En el Tirol y Austria el gran maestro es Michel Pacher, también gran pintor, y padre de artista. Comienza a trabajar hacia 1460 y muere en Salzburgo en 1498. Su primera gran obra escultórica documentada es en 1471 cuando se comienza y en 1475 estaba terminada la Coronación de la Virgen de la iglesia parroquial de Gries (Bolzano). El centro lo ocupa una Virgen donde coincide la delicadeza con un virtuosismo de ejecución. A los lados, están san Miguel y san Erasmo. Más importante, y una de las obras maestras del tardogótico europeo, es el retablo de la iglesia de San Wolfgang. Una inscripción aclara que se terminó en 1481. Es un gran tríptico cuya zona central está esculpida, igual que la superior, pero se cierra con tablas pintadas en crecido número. Sólo la parte central del bancal se talla. Es, pues, obra mixta, con amplio desarrollo pictórico. La parte central, dedicada otra vez a la Coronación, es de una complejidad inigualable. El amplio espacio se llena casi por completo con multitud de imágenes en las que la maestría técnica se ha convertido en exhibición, tanto cuando convenía, como en aspectos sobreañadidos por voluntad personal. Hay un expresionismo de la forma en el modo de complicar los pliegues de las telas, ajeno a la serenidad de los rostros. El resultado es deslumbrante, pero requiere de un examen minucioso para entender cada detalle.Tal vez el otro escultor importante de Austria fuera Martin Kriechbaum si se confirmara que es el autor del retablo de Kefermarkt, hacia 1498. Su mundo está en la línea del maduro de Pacher y la forma no es muy distinta, si bien aquí únicamente hay escultura. La zona central la ocupan los santos Wolfgang, Pedro y Cristóbal. Este último es una figura inolvidable e inquietante. Las formas tienen una cierta pesadez. Los relieves, abierto el tríptico, se dedican a Anunciación, Natividad, Epifanía y Muerte de María.En la zona de Franconia trabajan los dos escultores más conocidos Tilman Riemenschneider y Veit Stoss, activo el primero especialmente en Wurzburgo y el segundo, en Nuremberg, aunque cambian de lugar. Tilman Riemenschneider es el más documentado y de quien se conserva una obra más extensa. Aunque nace en Heiligenstadt hacia 1460, en 1483 ya está en aquella ciudad, donde obtiene la maestría en 1485. Vive allí largamente, bien considerado y con una gran clientela. En 1520-1521 es nombrado burgomaestre, cargo público ajeno al oficio, indicio de su posición social. Viaja, no obstante, por distintos lugares de Alemania, siempre bien acogido. Casó cuatro veces y murió en 1531.Es imposible en pocas líneas citar siquiera las obras documentadas y atribuidas. Creó un estilo personal en sus tallas preferentemente de madera de tilo. Sus personajes son nerviosos, inclinan innecesariamente la cabeza o poseen unas manos largas, finas, tensas. Las cabezas muy características se alargan y los rasgos se marcan. Las telas, siempre exquisitamente talladas, no son algo inerte, sino que participan de un cierto clima de crispación. Una de sus obras maestras es el retablo de la Santa Sangre en la iglesia de Santiago de Rothenburg, entre 1499 y 1504, donde el carácter eucarístico se marca con la gran Cena central. Los relieves de la Entrada en Jerusalén y Oración en el Huerto señalan sus capacidades y limitaciones en este terreno. Otro retablo de similar empuje y algo posterior es el de la Virgen de Crelingen, con una compleja Asunción de María. Aunque se hizo hacia 1505-1510 nada indica que Riemenschneider hubiera filtrado algo de la Italia contemporánea. Espléndida es la Crucifixión hecha para la capilla de San Miguel en Rothenburg, hoy en la iglesia de Dettwang, con un emotivo grupo de María con Juan y las santas mujeres.Entre las grandes empresas en piedra destaca el monumento funerario del obispo Rudolf von Sherenberg, para la catedral de Wurzburgo. Está en una línea tradicional en Alemania, como los señalados de Maguncia, donde los titulares están en pie, en vez de ser yacentes. Pese al aire de retrato se distingue el modo de hacer del artista a la hora de marcar los rasgos. Otra dimensión tiene la pareja desnuda de Adán y Eva para la capilla de María en Wurzburgo (hoy en el Museo), por el modo de realizar dos estudios anatómicos desde una perspectiva tardogótica.Veit Stoss, nacido en otro lugar, reside un tiempo en Nuremberg. En 1477 marcha a Cracovia, en Polonia, donde estará bastantes años. Retorna a Nuremberg en 1496. Morirá de elevada edad en 1534. Al revés que Riemenschneider, es palpable una evolución en su obra, muy propia del tardogótico en su inicio y cada vez más sensible a sugerencias renacentistas, por lo que muchos estudiosos lo consideran de este último período. En Cracovia trabaja para la corte y para los comerciantes germanos allí establecidos. Su gran obra, en la que requiere reunir un grupo importante de colaboradores, es el gran retablo de la Virgen en la cabecera de la iglesia de su nombre, en el que empleó doce años (1477-1489). La concepción general la conocemos de otras ocasiones: una gran escena central y dos alas que se cierran. Estas se trabajan en anverso y reverso y son dobles, de modo que en ellas se despliega un crecido número de relieves. La temática general es usual con la vida de Jesús y la Virgen. La Muerte de la Virgen central no sólo es la mayor y la que plantea más problemas compositivos, sino la que presenta una iconografía infrecuente, al situar a la Virgen arrodillada o como arribada en el suelo, en vez de acostada en el lecho, mientras le rodean los apóstoles. Arriba, un grupo con ella y Jesús.La forma de hacer de Stoss es muy distinta a la nerviosa de Riemenschneider, pero coinciden en el barroquismo de las actitudes y el oficio exquisito a la hora de culminar el menor detalle. Quizás no dispuso de los mejores pintores a la hora de policromar. Los numerosos relieves despliegan amplios escenarios, más despejados que los del otro escultor donde se mueven con libertad los protagonistas. También hay un mayor cuidado por la perspectiva. En 1492 llevaba a buen fin la tumba del rey Casimiro IV Jagiello.De vuelta a Nuremberg tiene problemas oscuros, no siempre aclarados. No obstante sigue su labor. Así, en 1517-18, realiza uno de sus más originales proyectos, la Anunciación con el Rosario, que se colocará en alto en la iglesia de San Lorenzo.Erasmus Grasser es maestro en Munich en 1477, donde muere en 1518. Lo más notable y distinto, por lo visto hasta ahora, que llega a trabajar son los danzantes moriscos que debían ocupar la Tanzsaal del Antiguo Ayuntamiento de Munich, hechos en 1480, en madera y de tamaño menor que el natural. En la zona de Suabia trabajan Michael Erhart y Georg Erhart. El primero lo hace en Ulm. El Museo de Berlín guarda una Virgen de la Misericordia procedente de Ravensburg, de hacia 1480-1490. También muere bien entrado el siglo XVI. Anterior es Nicolás Erhart, activo en Augsburgo.Uno de los grandes artistas de la zona Norte fue Bernt Notke. De familia de origen hanseático, comienza siendo citado en 1467 en Lübeck como pintor. En 1477 ya como escultor es autor de una importante Crucifixión para la catedral de su ciudad. Al margen del propio Crucificado, destacan, como muestra de originalidad, algunas figuras, sobre la viga que sostiene el conjunto, entre ellas una Magdalena de llamativos rasgos. En 1471 el regente sueco, Sten Sture, había liberado de influjos foráneos el país y atribuía el éxito a la ayuda de san Jorge. Decide levantar un monumento al santo en la principal iglesia de Estocolmo. En 1483 Notke llega a la ciudad en la que vivirá hasta 1498. En 1489 termina el monumento. Es el conjunto más imaginativo, bizarro, extravagante del último gótico, algo que sorprende por su originalidad. Jinete, caballo, monstruo y restos humanos componen un grupo incomparable. Están sobre un pedestal cubierto con relieves de la vida del santo, mientras la princesa está a un lado, al margen de la construcción.Adán Kraft también vive en Nuremberg. Es uno de estos artistas que se hace famoso sólo por una obra. En este caso, por el tabernáculo de San Lorenzo (1493-96), donde se autorretrata en cuclillas con los instrumentos de su oficio en las manos. En otras obras se puede considerar más próximo al renacimiento.Un último artista importante sería Peter Vischer el Viejo, pese al sobrenombre, hijo ya de fundidores de bronce. Iniciado en el mismo oficio lleva a cabo una de las grandes empresas de su clase entre 1507 y 1519: el sepulcro de San Sebaldo, para la iglesia de la misma advocación. Enorme construcción de 471 cm de altura, fundida en bronce, es también muy cuidada en pequeñas esculturas en el mismo material.Es difícil dejar de mencionar muchos otros escultores importantes e indicar el momento en que hay que poner al fin al gótico en el Imperio. Lo primero, porque son muchos, y bastantes tan interesantes como alguno de los citados. Se podría recordar a Syrlin el Viejo, tallista de coro en Ulm. A Nicolás von Hagenau, completando ya en el siglo XVI el conjunto de Isenheim pintado por Grünewald, etc.Pero, ¿dónde poner fin? Un magnífico libro sobre la escultura en madera del renacimiento germánico incluye a todos los escultores citados, salvo Multscher y alguno más entre los renacentistas. Lo evidente, al margen de que definamos una etapa especial para aplicar a estos artistas, es que la traza tardomedieval está en todos ellos y sobrevive al cambio de siglo, en ejemplos en los que tanto sorprende la alta calidad, como el hermetismo respecto a lo que se hace en Italia.