Comentario
En los reinos de la Península Ibérica la pintura sigue el mismo camino que otras artes; disminuye la importancia de Cataluña, mientras es mayor la de Castilla. Los orígenes de la recepción de lo flamenco se dan antes en Valencia, ciudad que mantiene y aumenta su peso como gran centro mediterráneo. Lluis Dalmau está en Flandes en 1431 y regresa a Valencia en 1436, cuando aún vive Jan van Eyck, en cuyo taller hubo de estar. No sabemos cómo podía pintar antes, pero a su regreso está totalmente fascinado por lo que ha visto. Poco tiempo después, con una fama bien asentada, reclaman sus servicios en Barcelona, donde en 1443 se le paga espléndidamente por el Retablo dels Consellers (Museo del Arte de Cataluña), en función de las novedades que ha asumido. La obra es un reflejo exacto de zonas del Políptico del Cordero de Gante, de van Eyck. Con el tiempo llega a liberarse del mimetismo respecto a sus modelos.