Época: Pintura
Inicio: Año 1450
Fin: Año 1500

Antecedente:
La influencia de Flandes en la Península Ibérica
Siguientes:
Burgos
Salamanca

(C) Joaquín Yarza Luaces



Comentario

En la Corona de Castilla toda ha cambiado. Primero es Jorge Inglés, pintor y miniaturista al servicio del marqués de Santillana, para quien en 1455 está pintando el retablo de la Virgen del hospital de Buitrago (colección duque del Infantado, castillo de Viñuelas). Antes había iluminado algún códice. A partir de ahora la influencia flamenca se dejará sentir cada vez con más intensidad.
La pintura de Buitrago y su herencia nos sitúa ante uno de los ejes importantes de la pintura, relacionado con los Mendoza, con posesiones en Guadalajara e intereses religiosos en Toledo. A su vez esta línea Guadalajara-Toledo, tiene un ramal que lleva hasta Avila. En estos terrenos hay que citar al Maestro de Sopetrán, al servicio del duque del Infantado, muy flamenco en sus planteamientos. También a Sancho de Zamora y Juan de Segovia, autores documentados del nuevo retablo de la capilla del Condestable en la catedral de Toledo, encargado en 1488, por María de Luna, hija de Alvaro de Luna, en memoria de su padre. Uno de los dos pintores es el que se conoció en un tiempo como Maestro de los Luna, que parece trabajar en Segovia. El otro está más próximo a un grupo de artistas anónimos asimismo, de los que destaca el excelente Maestro de Avila, con un bello y pequeño tríptico del museo Lázaro Galdeano (Madrid), varias tablas de un retablo del Barco de Avila y un grupo de pinturas del retablo de la Sisla (Museo del Prado). ¿Será el pintor García del Barco?

Un cierto expresionismo o la hosquedad de algunos rostros en la pintura de Sancho de Zamora y del Maestro de Avila, alcanzan un grado más alto en el Maestro de San Ildefonso. Es una personalidad importante. Le da nombre la enorme tabla con la Entrega de la casulla a San Ildefonso del Museo del Louvre. Su estilo es enormemente plástico. Tal vez sus obras más perfectas sean las tablas de los santos Atanasio y Luis de Tolosa, donde crea unos tipos recios, pero algo inquietantes (Museo de Valladolid).