Comentario
Antes de realizar en Roma en los primeros años del siglo XVI las obras en las que se define un nuevo Clasicismo, Bramante desarrolló una importante labor en Milán en la que plantea una superación de los principios quattrocentistas orientándose a unos planteamientos tendentes a configurar un Clasicismo normativo radical y universal. Para ello, es casi seguro que Bramante conoció la obra de Alberti en Mantua. Aunque con elementos decorativos que desaparecerán en su etapa romana, las iglesias de Santa Maria presso San Satiro (1482) y Santa Maria de las Gracias (1492), ambas en Milán, muestran una valoración esencial del espacio, con una reducción de los volúmenes y elementos compositivos que preludian el nuevo clasicismo que desarrollará Bramante en los principios del siglo XVI.
Milán, bajo Ludovico el Moro, se convirtió en el centro en el que se gesta el Clasicismo que determinará la arquitectura del siglo XVI. Junto a Bramante en Milán coincide Leonardo da Vinci que establece los fundamentos de la concepción clasicista de la pintura. Formado en Florencia en el taller de Verrocchio, Leonardo encarna el paradigma de hombre del Renacimiento, tanto por sus conocimientos, la amplitud de los mismos y su inquietud por saber. En 1496 llegaba, llamado por Ludovico Sforza para enseñar matemáticas, Luca Pacioli, autor de la obra "De Divina proportione", que termina en 1497 y que muy pronto entrará en contacto con Leonardo.
Leonardo, junto con Bramante, es uno de los definidores del nuevo lenguaje. Obras como La Virgen de las Rocas (París, Louvre), pintada entre 1483 y 1486, o La Cena, realizada entre 1495 y 1497 para el refectorio de Santa María de las Gracias, constituyen los manifiestos de un nuevo sistema clásico regular que, superando las investigaciones especializadas anteriores, se plantea todos los elementos del lenguaje como parte de una unidad susceptible de ser convertida en norma.
En 1499, Leonardo, tras la invasión de Lombardía por los franceses y la huida de Ludovico Sforza a Insbruck, abandona con Luca Pacioli y al igual que Bramante, Milán; Bramante se traslada a Roma donde desarrolla su arquitectura clasicista más radical. Leonardo, en cambio, cuando, tras estar en varias ciudades, llega a Florencia en 1503, se encuentra que el panorama artístico ha cambiado radicalmente desde que abandonara esta ciudad en 1482 para trasladarse a Milán. Dos jóvenes artistas, Miguel Angel y Rafael que, por esos años, se encuentran allí, plantean la superación del estilo científico y experimental del Quattrocento del que Leonardo puede ser considerado su culminación. Pronto estos dos jóvenes artistas marcharán a Roma, donde trabajan en los programas artísticos del Papa Julio II y en los que también interviene Bramante. Con estas empresas: Basílica de San Pedro, Belvedere, decoración de la Capilla Sixtina y Estancias vaticanas el mapa de los centros artísticos italianos que hemos estudiado cambia definitivamente.