Comentario
Dos factores distintivos del Romanticismo, que resumimos en los problemas de la diversificación estilística y del subjetivismo en el conocimiento estético, son clara herencia de los hábitos artísticos propiciados por la Ilustración en el siglo XVIII. La teoría psicologista del gusto, la hipótesis sobre el valor cognitivo del sentimiento, la gran curiosidad historiográfica, el enciclopedismo y los profundos cambios en los planteamientos morales y epistemológicos introducidos por la Ilustración, forman parte de los prolegómenos de la estética moderna que tiene como corolario esa alteración en la forma de entender la creación artística.Son reflejo de ello, decimos, la pluralidad estilística tanto como el descubrimiento de los valores sentimentales en el arte. Este se produjo a la vez que se daba una explicación de las cualidades de lo artístico no tanto a partir de las propiedades objetivas de las obras, como a base de las reacciones estéticas del sujeto circunstante. Este punto de partida sirvió a Addison, Hume, Hutcheson, Burke y a cuantos estimaron -fuera y dentro de Gran Bretaña- las aproximaciones empiristas y psicologistas, para enfatizar las propiedades del impacto empático de las realizaciones artísticas sobre el espectador.