Época: Arnhem/Ardenas
Inicio: Año 1944
Fin: Año 1945

Antecedente:
Plan norteamericano sobre Bélgica

(C) Virginia Tovar Martín



Comentario

Pero los milagros ya no valen para nada, salvo para retrasar el final y producir la sensación falsa en Hitler y algunos militares de que no todo está perdido. En toda la Europa ocupada, y en Francia, ha aumentado notablemente la actividad partisana; los soviéticos están ya en Polonia y Rumania en septiembre de 1944; los militares alemanes quieren poner fin a la guerra, y el frente interno alemán se resquebraja. La superioridad aliada hace que las nuevas armas (V-1 y V-2) resulten de escasísima eficacia práctica. En septiembre se acentúa la crisis alemana del petróleo; y se restringen las horas de vuelo, incluso con fines militares. La producción industrial disminuye. El alto mando se halla en plena confusión. El 4 de septiembre restituye el mando supremo a Rundstedt en Occidente, en un momento mucho más grave que el que había provocado su injustificada destitución en julio.
Rundstedt disponía todavía de 25 divisiones para un frente de más de 600 km. Pero las sucesivas derrotas y retiradas han hecho profunda mella en la moral de los soldados, que combaten mal. Lo único que en varios políticos, algunos militares y en gran parte del pueblo alemán sostiene cierta moral es el temor a una rendición incondicional ante los Aliados, en el Este y en el Oeste al mismo tiempo, y en particular ante los soviéticos. Hitler y el Mando sólo pueden esperar el invierno y es lo que van a hacer, una vez reunidos los medios necesarios, y reforzar la Línea Sagitario: es decir, se reunirán unos 135.000 soldados, y varios regimientos de paracaidistas y personal de la Luftwaffe (por mérito de Göering), hasta 30.000 hombres.

A primeros de septiembre los británicos cruzan el Escalda y conquistan Bruselas (día 3) y Amberes (el 4), la resistencia alemana se desmorona y consiguen penetrar en Holanda. Las fuerzas alemanas de Normandía y Calais quedan aisladas. Mientras, los norteamericanos ocupan Namur, cruzan el Mosa y tienden hacia Sedan. Los prisioneros enemigos se cuentan por decenas de miles. El Ruhr queda prácticamente a merced de los Aliados. El 6 el frente se estabiliza, tras obtener los Aliados cabezas de puente en el Canal Alberto y el Mosa. Un nuevo empujón lleva a los Aliados al canal Mosa-Escalda y a Maastricht (17 de septiembre).

En el este los norteamericanos están llevando a cabo la campaña de Lorena (29 de agosto-25 de septiembre): caen en manos aliadas Nancy, Lunéville y otras localidades menores; la Línea Sigfrido está próxima. Durante esta campaña toman contacto las fuerzas aliadas provenientes de Provenza con las procedentes de París: se formaba así un único frente de Suiza al canal de la Mancha (1). Más hacia el norte, los norteamericanos penetraban en las Ardenas francesas y belgas, en dirección a Aquisgrán; en esta zona la Línea Sigfrido resultó no estar tan guarnecida como se esperaba: pero un intento de incursión más allá de la frontera, en Prüm (14 de septiembre) fracasó, y tampoco se pudo capturar Aquisgrán.