Comentario
En claro contraste con la intensidad que posee el programa de implantación de la ciudad romana en Hispania en época de César y de Augusto, la actividad en este campo de los emperadores julioclaudios tiene menor relevancia hasta el punto de constituir en líneas generales un paréntesis en la extensión de la vida urbana en la Península Ibérica. Concretamente, son inexistentes las iniciativas de Calígula (37-41 d.C.) y de Nérón (54-58 d.C.), y tan sólo durante los reinados de Tiberio y de Claudio se producen intervenciones puntuales, que están también presentes en las decisiones que adoptan algunos gobernadores de las provincias hispanas durante las guerra civil posterior al asesinato de Nerón.
Pese a que la política de Tiberio (14-37 d.C.) fue poco propicia a la concesión de estatutos privilegiados a las ciudades de las provincias, en la Península Ibérica existen datos sobre la promoción municipal de algunos centros de la Citerior Tarraconense ubicados en el valle del Ebro y zonas orientales del conventus cartaginense. Los elementos indicativos proceden de las acuñaciones de monedas y están constituidos por la presencia del nombre de este emperador en el anverso y la especificación del rango municipal seguido del correspondiente topónimo en el reverso de las emisiones de época de Tiberio realizadas en Graccuris (Alfaro), Cascatum (Cascante), Ercavica (El Castro, Cuenca) y Osicerda. En otros casos, la única evidencia es la constatación epigráfica de magistrados municipales en centros indígenas, como ocurre en Clunia (Coruña del Conde), capital del correspondiente conventus, o en Segobriga (Cabeza del Griego, Cuenca), donde se produce también en época de Tiberio una importante monumentalización de la ciudad.
La municipalización de la urbanizada provincia de la Betica se ve favorecida como consecuencia de la política anexionista que Claudio (41-54 d.C.) practica en el territorio mauritano. Concretamente, el centro de Baelo (Bolonia), ubicado en el Estrecho de Gibraltar, cuya ocupación remite al siglo II o I a.C. y donde se habían desarrollado importantes factorías de salazones, fue promocionado al estatuto municipal por Claudio, convirtiéndose en uno de los centros esenciales desde donde se realiza el embarque de personas y mercancías hacia Tingi (Tánger) en territorio mauritano. El nombre del emperador Claudio también está presente en otro centro del norte de la Península Ibérica como es Claudionerium, ubicado por Ptolomeo entre los ártabros, pero ningún otro indicio poseemos sobre sus características.
La potenciación del proceso de urbanización se realiza también de forma puntual durante la guerra civil posterior al asesinato de Nerón; concretamente, Galba, gobernador de la Provincia Citerior y candidato a emperador, crea una nueva legión, la VII Galbiana, concediendo a los indígenas reclutados los derechos de ciudadanía romana, y promociona a Clunia al rango de colonia por el apoyo prestado a su causa con el nombre de Clunia Sulpicia.
También Otón, gobernador de la Lusitania, contribuye a la potenciación de los centros urbanos hispanos y a la promoción jurídica de algunas comunidades en el mismo contexto de la guerra civil; Tácito nos informa que concedió la ciudadanía romana a los ilercaones en la Tarraconense, y en las colonias de Hispalis y de Emerita se realizaron nuevos asentamientos de veteranos.