Comentario
Desde principios del siglo XX, con el hallazgo de las cavernas de La Pileta y Doña Trinidad, se puso de manifiesto que el arte paleolítico parietal no quedaba limitado a la región cantábrica, que algunos consideraban como un "cul de sac" del verdadero arte cuaternario que se encontraba al norte de los Pirineos. Luego se pudo comprobar que, si bien sin la densidad de la zona cantábrica, el arte paleolítico tiene manifestaciones por toda la Península. De dicha cueva de La Pileta (Benaoján, Málaga), descubierta en 1911 por W. Verner y T. Bullón, y publicada por Obermaier, Breuil y Vemer con el título "La Pileta á Benaojan" (1915), se conoce un centenar de figuras paleolíticas. Su inventario incluye: 22 caballos, 22 cabras monteses, 12 uros, 15 cérvidos, 6 cabras, 1 bisonte, varios indeterminados y numerosos signos muy peculiares. Estos están caracterizados por sus formas subcirculares con diferentes apéndices y series de dobles trazos en el interior (semejantes a los que presenta en su interior un caballo situado en un camarín de la misma cueva). En un caso se representaron en la parte interna dos figuras de cápridos, lo que ha hecho pensar que son la vista vertical de corrales para tener encerrados los animales capturados, de los que los dobles trazos serían las huellas de las pezuñas. El arte de La Pileta pertenece al Estilo III. Esta caverna contiene también una gran cantidad de pinturas esquemáticas de color negro que abundan en el territorio andaluz y pertenecen al Eneolítico o a la Edad del Bronce. En la cueva de Doña Trinidad (Árdales, también conocida con el nombre de este pueblo), estudiada por H. Breuil, se han realizado hace poco algunos nuevos descubrimientos. En ella se cuentan más de cincuenta figuras zoomofas de líneas sencillas y un centenar de signos (retículas, parrillas, triángulos, etc.). Un inventario antiguo da las siguientes cifras para los animales representados: 35 ciervos, 10 caballos, 3 cabras, 2 ciervas, 1 pez y 3 indeterminados. Predominan los grabados frente a las pinturas y éstas son de colores claros.En la costa malagueña está ubicada la gran caverna de Nerja, descubierta en 1962. Contrariamente a lo que se podría pensar a causa de sus enormes dimensiones, la cantidad de representaciones paleolíticas es escasa. Hay algunas figuras de peces y varias series de pequeños signos asociados a banderas estalagmíticas que parecen constituir un litófono, lo que prueban las huellas de golpes en la roca inmediata. Completan el grupo de la Andalucía central varias otras cavidades que también contienen arte paleolítico, aunque el número de sus figuras es corto. La más septentrional es la de El Morrón (Jimena, Jaén), con dos cápridos, uno rojo y otro negro, figuras estudiadas por M. G. López Payer y M. Soria Lerma. Más al sur, en la provincia de Málaga, están las siguientes cuevas: La Cala y el complejo muy destruido de El Higuerón (2 ciervas, 4 cabras, 2 caballos, puntuaciones y trazos diversos, todo con utilización de los colores rojo y negro), El Suizo (1 caballo y 1 pez, grabados) y La Victoria (restos de un bóvido y un équido, puntos, trazos, todo en color rojo). Estas tres últimas cavidades se hallan en el municipio de Rincón de la Victoria.E n la provincia de Granada, en la que seguramente se producirán nuevos descubrimientos, hay que citar la cueva de Malalmuerzo (Moclín), que contiene un bóvido negro, un équido rojo y numerosos puntos y trazos de los dos colores.Recientemente, bajo el panel pintado de El Tajo de las figuras de la laguna de la Janda (Benalup, Cádiz), uno de los más importantes conjuntos de la facies esquemática del arte rupestre postpaleolítico, S. Ripoll y M. Mas Cornellà han descubierto algunos grabados zoomorfos que por su estilo hay que considerar paleolíticos (del Solutrense o del Magdaleniense). Se trata de un conjunto de tres figuras representando una viera, un prótomos de caballo y un cáprido. Durante la campaña de prospecciones del año 1992 M. Más ha localizado, en un lugar próximo, las Cuevas de Levante, otra representación paleolítica perfectamente relacionable con el yacimiento encuadrado en el Solutrense, de esta misma cavidad.
La Andalucía oriental constituía hasta hace poco una zona casi vacía en el aspecto que estamos tratando pues sólo se conocía el grabado de una cabeza de caballo sobre canto rodado procedente de los niveles solutrenses de la cueva de Ambrosio (Vélez Blanco, Almería). Pero en 1985 se produjo el hallazgo singular de un caballo grabado con amplios y profundos trazos en el lugar denominado Piedras Blancas del municipio de Escuellar (Almería). Tan notable descubrimiento fue publicado por J. Martínez García y viene a unirse a las manifestaciones peninsulares de arte paleolítico al aire libre a que ya se ha hecho referencia (Mazouco, Siega Verde, Domingo García y laguna de la Janda). Si bien se conoce algún caso en Francia, podría tratarse de una forma peculiar del arte hispánico cuaternario. Además, se anuncian nuevos descubrimientos en la provincia de Almería.