Comentario
La arquitectura civil y militar de época visigoda es, por el momento, bastante poco conocida. Sin embargo, nuevas excavaciones podrán resolver muchos de los problemas que ésta plantea. Agrupamos conjuntamente las denominadas arquitectura civil y militar, pues en algún caso, un poblado, como es el caso de Puig Rom, en Rosas (Gerona), tuvo muy probablemente funciones defensivas militares, dado el lugar de su emplazamiento. Otros yacimientos con las mismas características, o al menos muy semejantes, podrían ser los de Begastri, en la provincia de Murcia, y el denominado El Legio, cerca de Ercávica, en la provincia de Cuenca, todavía en proceso de estudio. Por regla general, estos lugares tienen una característica común, que es el sistema de fortificación. Su muralla se estructura siempre en dos parámetros unidos entre sí por medio de mortero, y las torres están siempre protegidas por la parte externa. Los paralelismos con la arquitectura militar bizantina, muy bien conocida gracias a los estudios llevados a cabo en el norte de África, son muy cercanos, pero se debe tener en cuenta que prácticamente todos los modelos son comunes en este tipo de construcciones a lo largo de toda la Antigüedad tardía.
El poblado hasta ahora mejor conocido, dentro de la arquitectura civil de época visigoda, es el de Bobalar, en la provincia de Lérida. Se trata de un habitat rural, con funciones agrícolas y ganaderas, adosado a la iglesia. El poblado se halla ubicado en una zona muy rica para el cultivo y para la ganadería, además de estar en lo alto de una elevación, dominando el valle del Segre. Su construcción parece posterior a la edificación de la basílica que se sitúa en la zona norte del conjunto, pero ello está todavía por definir claramente. Ocupa una superficie de unos 2.400 m2; por tanto, se trata de un habitat de pequeñas dimensiones que contrasta con la riqueza de la iglesia (recordemos tanto la estructura arquitectónica como el mobiliario litúrgico hallado, así como el conjunto escultórico del baptisterio). Cada una de las casas corresponde a una unidad familiar, compuesta de dos o tres habitaciones con una entrada común y relacionadas entre sí por medio de un pasillo. La datación del momento final del lugar es interesante, pues viene dada por un incendio correspondiente a los primeros años de la segunda década del siglo VIII. Las monedas acuñadas por Akhila, aparecidas en estos estratos de destrucción, confirman este hecho.
Por otra parte, los materiales de la vida cotidiana, como, por ejemplo, vasijas, contenedores y cinturones, han aparecido de tal forma que atestiguan claramente el abandono del habitat debido a un incendio. La importancia del conjunto viene dada por la coexistencia de un conjunto basilical de claras tradiciones paleocristianas, tal como decíamos al principio, con un habitat rural con claros indicios de tipo hispano-visigodo, como son, por ejemplo, los broches de cinturón de tipo liriforme tan característicos de la toréutica del siglo VII, que son, por otra parte, comunes en toda la geografía peninsular, al menos en aquellas zonas más profundamente romanizadas y donde las influencias bizantinas y mediterráneas llegaban con más facilidad.
Otro conjunto importante, por lo desconocido hasta el momento, es el de Pla de Nadal, en la provincia de Valencia. Se trata de una construcción rural cuya funcionalidad está todavía en proceso de discusión, aunque parece que se puede afirmar que estamos ante un edificio rural de tipo villa romana, pero con claras características de una construcción hispano-visigoda, tanto por la monumentalidad del edificio como por los fragmentos escultóricos allí aparecidos. Por otra parte, esta funcionalidad vendría apoyada por un gran número de pequeñas construcciones que se encuentran en los alrededores y que podrían corresponder a zonas de almacenaje de la propia villa. Su planta corresponde a los tipos conocidos de villa con galería y torres angulares abierta, sobre un peristilo. La zona de las habitaciones de la construcción, debido a las remociones de los terrenos, no ha podido ser excavada. La abundante ornamentación escultórica permitiría hablar incluso de una villa de tipo áulico, o al menos perteneciente a un importante propietario. Sus características constructivas y ornamentales la fechan en períodos tardíos, como finales del siglo VI y todo el siglo VIII.
Este apartado sobre arquitectura civil y militar no puede ser cerrado sin hacer mención del denominado castrum de Puig Rom, en el golfo de Rosas (Gerona). Se halla situado en lo alto de un cerro, dominando la circulación y navegación del golfo de Rosas, además de los pasos pirenaicos más cercanos al mar. Al igual que los otros ejemplos traídos a colación, se trata de un habitat fortificado, que debió tener importantes funciones defensivas, dado que se sitúa, como decíamos, en el paso de penetración pirenaica más oriental. La muralla, compuesta también de dos paramentos unidos por mortero y con torres cuadrangulares, recuerda la de los otros yacimientos, como por ejemplo, el de Recópolis. Los elementos constructivos, al igual que los materiales hallados -cerámicas y broches de cinturón-, otorgan al yacimiento una cronología del siglo VII, que además deberíamos poner en conexión con las campañas militares que Wamba realiza en contra de la rebelión de Paulo en la Narbonense (actual Rosellón).