Época: Reinado Isabel II
Inicio: Año 1833
Fin: Año 1868

Siguientes:
Demografía y sociedad
Cultura, saber y diversiones
Economía en el reinado de Isabel II
Poder, política y políticos
El curso de los acontecimientos
Política exterior y colonial
Bibliografía sobre el reinado de Isabel II

(C) Germán Rueda



Comentario

El reinado de Isabel II, entre 1833 y 1868, es un periodo complejo y no demasiado estudiado, especialmente por comparación con otras etapas de la Historia de España. Es ciertamente una etapa convulsa, marcada por conflictos constantes en lo político, donde fuerzas enfrentadas -carlistas y cristinos, tradicionalistas y liberales, moderados y progresistas, clericales y anticlericales, republicanos, obreristas, etc...- pugnan por establecer un modelo político acorde con sus intereses y programas. La monarquía borbónica aparece cuestionada, en parte por el recuerdo de la figura muy denostada de Fernando VII, en parte por la propia reina Isabel y su camarilla palaciega, cuyos comportamientos -reales o figurados- son objeto de una honda crítica moral.
En lo económico, España a muy duras penas se sube al carro de la industrialización, vigente en el resto de Europa. El atraso a todos los niveles -demográfico, tecnológico, financiero, educativo,...- con respecto a países como Inglaterra o Francia, hace que a España lleguen de manera tardía los influjos de la industrialización y que, cuando lleguen, sea de la mano de inversores o compañías extranjeras, beneficiadas por las generosas subvenciones y ventajas fiscales que los gobiernos se ven obligados a conceder ante la extrema penuria de las arcas de la Hacienda española. Aún así, la evolución, aunque lenta, es constante, y a España llegan las ventajas del ferrocarril, de los avances en materia sanitaria, de la urbanización de las ciudades, etc.

En lo social, el reinado de Isabel II es un eslabón más en un proceso que va ocurriendo a lo largo de todo el siglo XIX: la encumbración de la burguesía comercial y financiera como clase dominante. Los privilegios de que gozaban en el Antiguo Régimen estamentos como el nobiliar o el clerical son ahora reducidos o directamente eliminados, como ocurre con los procesos de desamortización o con la obligatoriedad del pago de impuestos. La industrialización, aunque incipiente aun, trae consigo el surgimiento de una nueva categoría o clase social, la clase obrera, que será a partir de ahora un factor a tener en cuenta en las nuevas relaciones sociales y políticas.