Época: Primer franquismo
Inicio: Año 1957
Fin: Año 1959

Antecedente:
El primer franquismo
Siguientes:
Falangistas y militares
Mayor control policial

(C) Stanley G. Payne



Comentario

No parece que los nombramientos de 1957 conllevaran un plan específico. Meses antes Franco había decidido que tenía que sustituir a ciertos ministros clave, pero como era su costumbre, dejó que pasara el tiempo. En un memorándum, fechado el 26 de enero, Carrero Blanco insistía en que era necesario reforzar la autoridad personal de Franco después de los sucesos del año anterior -huelgas, disturbios entre los estudiantes, la pérdida de Marruecos y la frustrada reforma institucional. Los nuevos cambios políticos y leyes institucionales debían de realizarse conjuntamente entre el gabinete y el Jefe del Estado. La elección que hizo Franco de sus nuevos miembros suponía una nueva pérdida de protagonismo de la Falange y mayor preocupación por la preparación técnica de los mismos. En privado, describió al nuevo Gobierno como un esfuerzo renovado para que estuvieran representadas equilibradamente todas las fuerzas que sustentaban el Régimen, pero adaptado a la realidad de finales de los 50.
La mayoría de los elegidos eran profesionales universitarios o con una formación técnica; y ésta fue casi la primera vez que Franco recibió dos o tres negativas a participar en su Gobierno. Carrero Blanco ejerció más influencia que otras veces en este proceso de selección. Las tres figuras clave para los asuntos económicos y la administración del Estado eran miembros del Opus Dei y tenían su apoyo personal. El primero que entró fue Laureano López Rodó, que había impresionado tanto a Carrero Blanco con sus propuestas para la administración, que se le nombró para el puesto recién creado de Secretario General Técnico para la subsecretaría de la Presidencia antes del final de 1956.

Aunque no tenía rango de ministro, a López Rodó también se le puso al frente de la Secretaría del Gobierno y de la Oficina de Coordinación Económica y Programación, otra posición de carácter técnico pensada especialmente para él.

Otros dos miembros del Opus Dei recibieron las carteras económicas más importantes. Alberto Ullastres, un catedrático de universidad de 43 años, sustituyó a Arburúa en el Ministerio de Comercio; Finanzas lo ocupó Mariano Navarro Rubio, un abogado y economista de una edad parecida que tenía amplia experiencia en el sistema sindical y que había sido subsecretario de Obras Públicas. Estos tres diseñarían y llevarían a cabo las mayores transformaciones en la economía política española durante los dos siguientes años, aunque probablemente Franco no tenía en mente alteraciones de semejante magnitud cuando reunió al nuevo Gobierno.