Época: América
Inicio: Año 300
Fin: Año 900

Antecedente:
La economía maya



Comentario

La temprana pérdida de la autarquía económica en las tierras bajas mayas estimuló un comercio a larga distancia que buscaba relaciones con zonas ecológicas diferentes. El primer paso fue intensificar el intercambio con el altiplano de Chiapas y Guatemala. De allí se traían el jade, la obsidiana, la hematita, el cinabrio, la diorita, las plumas de quetzal y los molinos y manos de piedra volcánica, seguramente ya manufacturados. De la costa del Pacífico llegaban algunas conchas o derivados, como el tinte de la púrpura patula, y también la sal, que se obtenía además en los yacimientos del río Chixoy y en el norte de Yucatán. Las exportaciones comprendían trabajos en pedernal, en jade y cerámica, plumas, piedra caliza, conchas del Atlántico, pieles, caparazones de tortuga, cera, miel y los productos vegetales antes mencionados, muy especialmente el cacao, el algodón manufacturado o no, el caucho con que se hacían las pelotas del juego ritual extendido por toda Mesoamérica, y el copal que era utilizado en todas partes en las ceremonias religiosas. Ejemplos arqueológicos de este activo intercambio son, por citar sólo algunos, los vasos teotihuacanos hallados en Tikal, la obsidiana del altiplano tan frecuente en los yacimientos del Petén, y las conchas de las ofrendas y de los enterramientos de Tikal o de Uaxactum.