Comentario
Los asirios no sólo incorporaron dioses babilonios a su panteón, pues incluso la manera de celebrarlos y adorarlos fue también foránea. El culto aparece regulado hasta en sus más mínimos detalles. En él, el rey es considerado el vicario del dios en la tierra (ishshiakum), participando en los cultos y ritos como shangu supremo (caso de la takultu o banquete sagrado).
Algunos soberanos, particularmente en época sargónida, intentaron llevar más allá su relación con lo sagrado, haciéndose venerar como dioses. Estos fueron Sargón II, Assarhaddon o Assurbanipal, por ejemplo.
Con respecto al estamento sacerdotal, existían diversos cargos y funciones. Sacerdotes y sacerdotisas, agrupados en colegios religiosos (erib biti, "los que entran en la Casa") estaban bajo la autoridad de un jefe (shangu) y un administrador (shatammu). Estos sacerdotes se encargaban de cuidar los templos, vigilar la desviación de la norma religiosa, organizar el culto, etc. Sus funciones incluían el cuidado de las estatuas de los dioses, tratadas como si fueran humanas, pues era necesario lavarlas, alimentarlas y vestirlas. También debían preparar las diversas ceremonias y fiestas, como las del Año Nuevo o Akitu, así como organizar las plegarias y sacrificios.
Aparte de los dioses del panteón, los asirios creían en seres sobrenaturales muy ligados a los fenómenos de la naturaleza. El conocimiento y control de estos seres o fuerzas dio lugar al desarrollo de prácticas adivinatorias, astrológicas, oraculares y onirománticas.
Los asirios se pensaban rodeados de una multitud de demonios causantes de calamidades y males, como Pazuzu -rey de los espíritus malignos del aire-; Lamashtu -devoradora de niños-; Labartu -demonio femenino causante de enfermedades-. Tambien imaginaban la existencia de seres benignos, de adscripción celestial, como Lamassu, Shedu, Utukku. Estos seres, volubles y caprichosos, debán ser contrarrestados mediante prácticas mágicas (shiptu) u oraciones (nish qati).
Tras morir, los asirios pensaban que el individuo iba a un tenebroso Más Allá (Arallu), gobernado por los dioses Nergal y Ereshkigal, auxiliados por otros seres infernales. Estas deidades nos son conocidas por los textos, así como también por la visión que de ellos tuvo un príncipe heredero llamado Kumma durante un sueño.