Comentario
Las primeras noticias sobre la existencia del pueblo almorávide, que pastoreaba a orillas del Senegal, debieron llegar a al-Andalus en el año 1069, cuando éste había cruzado ya el mar de arena del Sahara y desembarcado en la planicie del norte del Atlas en la que iban a fundar, poco después, Marrakech. Las crónicas cuentan que el rey taifa al-Mutadid de Sevilla había vivido obsesionado toda su vida porque en su horóscopo se profetizaba que un pueblo de fuera de la Península pondría fin a su dinastía (los abbadies). Cuando era joven lo había interpretado en el sentido de que los beréberes andalusíes eran los aludidos y, en consecuencia, los combatió y casi los aniquiló a lo largo de su vida. Ya en el lecho de muerte le llegó la noticia de la aparición de los lamtunas o almorávides que surgían en las llanuras del sur de Marruecos e inmediatamente, mandó reforzar las guarniciones de Gibraltar y otras plazas fuertes del Estrecho. La predicción no se cumplió entonces, pero sí bajo el reinado de su hijo al-Mutamid, que fue destronado y desterrado por los africanos.¿Qué tipo de horóscopo fue levantado por los astrólogos? Podía ser el genetlíaco, cosa posible dado que su padre, Abu-l-Qasim Muhammad ibn Abbad (1027-1042), tenía medios suficientes para pagar a los estrelleros a fin de que escrutasen el cielo hasta el momento del nacimiento de cualquiera de sus hijos. Pero en este caso parece difícil que, a partir de él, se estableciera el destino de una dinastía. Más probable es que utilizaran el sistema de las grandes conjunciones (de Júpiter y Saturno) que se repiten aproximadamente cada veinte años y que era ya conocido en al-Andalus; que no obligaba a observaciones tan exactas y que podía determinarse con la ayuda de unas tablas astronómicas (conjunciones de Júpiter y Saturno de 1067 y 1086). Ese fue el sistema explicado vagamente por Abu Marwán al-Istichchí (el de Ecija), que vivía en aquella época.Los almorávides conquistaron al-Andalus a lo largo de unos veinte años (batalla de Zalaca, 1086, y toma de Zaragoza, 1110) y constituyeron el dique que impidió a Alfonso VI de Castilla y al Cid realizar su sueño: terminar, durante sus vidas, con el dominio musulmán de la Península. Tradicionalmente se acusa a los almorávides de haber puesto fin al esplendor cultural de la época taifa. Pero, al pie de la letra, esta afirmación no se mantiene: durante su escaso medio siglo de dominación, en al-Andalus se difundieron los descubrimientos matemáticos del rey taifa (m. 1085) al-Mutamán de Zaragoza; Avempace brilló como filósofo; Chábir ibn Aflah como astrónomo; Avenzoar como médico; Abu Salt de Denia como ingeniero; Idrisí y Zuhrí como geógrafos; Ibn Quzmán como poeta popular -la poesía clásica es cierto que experimentó un declive- y Averroes (m. 1126) el abuelo, llamado así por la posteridad para distinguirlo del Averroes el nieto (m. 1198). Este último es el estudiado por la cristiandad y su importancia fue señalada ya hace tiempo, entre otros por Renan. Es más: en esa época hubo que prohibir la venta de libros a judíos y cristianos, pues éstos los copiaban y los ponían a nombre de sus obispos.