Comentario
Cuando en 1672 marchó Vega y Verdugo a Granada dejaba en Santiago plenamente instaurado un nuevo gusto y formados algunos artistas que van a desarrollar y profundizar en las innovaciones aportadas por el fabriquero de la catedral. Por otra parte, y aunque el núcleo generador continuará siendo Santiago, en otras zonas más o menos periféricas se va a ensayar ya la introducción del barroco, abandonando el periclitado lenguaje clasicista, como ocurre en las zonas de Lugo y Orense, debido sobre todo a la esporádica presencia allí de arquitectos compostelanos, como Domingo de Andrade, Pedro Monteagudo, etc.
Domingo de Andrade será el cabeza de escuela, en el sentido de que sus coetáneos se sentirán irremediablemente atraídos por su posterior personalidad, tratando de asimilar sus fórmulas novedosas, sobre todo en lo decorativo, desde Pedro Monteagudo a Diego de Romay o fray Tomás Alonso, a quienes incluso es posible que en alguna ocasión haya proporcionado trazas o colaboración, como debió de ocurrir en la iglesia de Sobrado.