Comentario
Entre los siglos VII y XI el Imperio Bizantino alcanzará su momento de máximo apogeo, produciéndose una consolidación de la teoría política y el poder imperial. Las reformas en el ejército y la fiscalidad permitirán una mayor competitividad al tiempo que se produce una nueva distribución en la propiedad de la tierra y la creación de una nueva aristocracia. Los campesinos tendrán aún un peso importante en la política imperial pero también hay que destacar el papel de las ciudades donde se desarrolla la artesanía y el comercio, estableciéndose en ellas una nueva organización social. Este florecimiento socio-económico se refleja en un mayor desarrollo de la cultura al tiempo que la Iglesia Ortodoxa vive también momentos de esplendor.